Ariadna Montiel: Primero los pobres

Agradezco a El Heraldo de México por la oportunidad que me ofrece de escribir en sus páginas, es un gran honor colaborar en esta casa editorial tan distinguida. Saludo con mucho afecto y respeto a sus lectores. En diciembre de 2018 tuve el honor que el Presidente de México me nombrara subsecretaria de Bienestar. Dentro de nuestras responsabilidades, las más relevantes son la Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores, y la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad. Este esfuerzo lo encabeza la titular de esta secretaría, María Luisa Albores González, a quien también agradezco su confianza y liderazgo en esta gran tarea. Primero los pobres fue una consigna que queremos volver realidad, y nuestros esfuerzos están encaminados hacia ello y a garantizar las condiciones para una vida digna para los que tienen menos; impulsar, a través de una estrategia de bienestar social, incluyente y sostenible. En nuestro país, las personas de bajos recursos y marginación social son las que más han resentido el abandono de los gobernantes y de las políticas públicas que, supuestamente, estaban dirigidas hacia ellos. Eso cambió ya. A 100 días de gobierno, casi 7 millones de adultos mayores han recibido su pensión y, de ahora en adelante, recibirán 2 mil 550 pesos bimestrales, sin intermediarios. Nuestra meta son 8.5 millones, así que estamos muy cerca de alcanzarla. México tiene una esperanza de vida que va en aumento, de 34 años en 1930 a 75 en 2016; lo que refleja un incremento en ese rango de edad de la población, por lo que debemos coadyuvar a que su derecho a la protección social sea ejercido. En México, uno de cada tres adultos de 65 años y más depende de su pensión como única fuente de ingresos, ya sea contributiva o no contributiva, razón por la cual, la pensión del bienestar es universal. Las políticas de bienestar que se están implementando por el Gobierno de México tienen un enfoque de derechos que busca garantizar que cada persona, independientemente de su situación económica o social, acceda a un estado mínimo de bienestar, ya que más de 6 millones de adultos mayores (casi 70%) no cuentan con pensiones de seguridad social. El universalismo tiene como finalidad el acceso, goce y ejercicio de los derechos humanos por cada uno de las y los mexicanos. Por ello, se suprimieron los candados que impedían el acceso a este programa a quienes reciben ya una pensión del IMSS o del ISSSTE, u otro tipo de institución, y con ello se benefició a 1.4 millones de pensionados entre enero y febrero. Para ser beneficiario es necesario contar con 68 años cumplidos, para la población en general, y para los que viven en territorio indígena, la edad es de 65. A los que ya recibían anteriormente esta ayuda, se les seguirá entregando, siempre y cuando hayan sido incorporados al Padrón Activo de Beneficiarios a más tardar en diciembre. Este programa busca enfrentar una de las brechas de desigualdad más graves, ya que casi 90% de los adultos mayores que pertenecen a una etnia no cuentan con seguridad social. Me enorgullece comentar este gran avance. Nuestros adultos mayores son una prioridad para este gobierno. Si saben de algún adulto mayor que no cuente con su pensión, escríbanme a mi cuenta de Twitter, contestaré con mucho gusto.  

@A_MONTIELR