De niños crecimos escuchando cuentos de hadas. Fantasías sobre reinos lejanos, príncipes, hechizos y caballeros que debían demostrar su valentía. Y durante el inicio de los 90, parecía que el mito había sobrepasado la realidad gracias a el Rey del Pop, Michael Jackson, quien parecía vivir fuera de este mundo en su rancho Neverland con zoológico y un parque de diversiones, así como un grupo selecto de niños que siempre lo acompañaban a sus giras y viajaban en limusinas.
Pero la vida real no es un cuento de hadas, aunque sí existe un común denominador: monstruos. Y esto es lo que Leaving Neverland, el documental de Dan Reed, presenta durante sus cuatro horas -dividido en dos partes- y que estrenó este fin de semana por HBO en América Latina: el modus operandi de Michael Jackson para reclutar, manipular y abusar sexualmente de un par de niños.
[caption id="attachment_487596" align="alignnone" width="600"] ESCÁNDALO. El cantante tenía 35 años cuando empezaron los rumores de su abuso contra los infantes. Foto: Especial[/caption]
La cinta presenta individualmente las anécdotas de Wade Robson y de Jimmy Safechuck (cabe mencionar que ambos testificaron hace años a favor de Michael Jackson, durante un juicio sobre abuso infantil), con entrevistas a sus familias, archivos en video y fotográfico y alarmantes mensajes de fax y de contestadoras de teléfono; sobre todo en el caso de Robson, un niño australiano que saltó a la fama al imitar a Jackson, y el cual, después de aceptar la invitación a Los Ángeles, pasó unos días a solas con el cantante en su residencia y experimentó actos de sexo oral y masturbación. Al regresar a su casa en Oceanía, Jackson le enviaba mensajes sumamente sentimentales, lo apodaba Little One y hasta le había compuesto una canción con su apodo.
[caption id="attachment_487598" align="alignnone" width="600"] PRUEBAS. Las víctimas compartieron fotografías personales para el documental. Foto: Especial[/caption]
Algo similar ocurrió con Jimmy Safechuck, un actor infantil que Jackson conoció durante la filmación de un comercial. Su relación fue metódica y se basó en ganar la confianza de su familia, en especial de la madre de Safechuck, quien afirma que Michael era como otro hijo para ella, que incluso le lavaba la ropa y se quedaba varias noches a dormir en su casa, en un suburbio clasemediero de California. Jackson comenzó a invitar a Jimmy a sus giras compartiendo habitación y a través de detalles específicos, describe sus continuas relaciones sexuales en hoteles y Neverland, bajo la amenaza de que si alguien se enteraba de su amor, arruinaría sus vidas. Quizá el momento más perturbador de todo el documental es cuando Jimmy comenta que Jackson le dio un anillo de compromiso y hasta se dijeron votos matrimoniales. Su rostro, al relatarlo, es devastador.
[caption id="attachment_487599" align="alignnone" width="600"] CONVIVENCIA. El denunciante viajó en el avión privado de Jackson. Foto: Especial[/caption]
Leaving Neverland, no pretende esclarecer a nivel jurídico los alegatos sobre la culpabilidad de un hombre, si no los devastadores efectos que causó en dos personas y la forma en la cual el poder y la ambición de la familia crearon una red de dolor impenetrable. Este es el punto más interesante del filme: la culpabilidad de los padres y la relación que las víctimas -ahora también con hijos- han conciliado con ellos. ¿Es posible condenar y perdonar a las personas que deberían protegerte?
Por JOSUÉ CORRO
@JOSUE_CORRO