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Morena y su vena perredista

El partido que hoy gobierna la capital no se aleja de su partido antecesor, pues favorece a su tribu y a familiares

OPINIÓN

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En palabras quedó el anuncio de Claudia Sheinbaum que en su gobierno no habría ni cuotas, ni cuates. Morena no se aleja de su vena perredista de favorecer a su tribu y a la familia. Ésa ha sido su forma de hacer política, basta asomarse a lo que ocurre en el Congreso de la Ciudad de México con varios personajes. El diputado José Luis Rodríguez, contrario a la línea, buscó ser el coordinador del grupo y ganó una votación, pero esa elección se desconoció y el legislador fue llamado por una alta funcionaria del gobierno capitalino, quien le dijo que no se podía concentrar tanto poder en una casa. Se refería a que sus familiares ya estaban al frente de dos subsecretarías. Después hubo un acuerdo político y nombraron dos vicecoordinaciones. Una fue para Valentina Batres y la otra para José Luis Rodríguez, que además preside la Comisión de Rendición de Cuentas y Vigilancia de la Auditoría Superior de la Ciudad de México. Pero resulta que empezaron a llegar varias decenas de personas vinculadas al diputado para ocupar espacios en ese órgano autónomo. Claudia Sheinbaum desde campaña anunció que adelgazaría el aparato burocrático y que se ahorrarían 25 mil millones de pesos anuales; el mensaje del Congreso con las diferentes instancias fue que redujeran su presupuesto 30 por ciento, así empezaron los primeros ajustes. En el caso de la Auditoría Superior, de 745 millones de pesos de presupuesto en 2018, quedaron en 518 millones para 2019. Inicialmente Ernestina Godoy les había pedido un ajuste de 200 millones, pero al final fue mayor. Además de bajarse los salarios, se compactaron áreas, pero los diputados empezaron a pedir espacios como cuotas y se estima que un líder político les mandó unos 40. Una dirección general que se había fusionado con otra fue la Auditoría de Cumplimiento Financiero B, pero tuvo que revivirse para nombrar a Adriana Julián Nava, quien había sido coordinadora administrativa en la delegación Magdalena Contreras, un cuadro vinculado con el diputado José Luis Rodríguez, que despachó en esa demarcación hace algunos años. La Auditoría sólo es un ejemplo de lo que ocurre, pues no basta con el ajuste de personal. Quien tenga poder quiere espacios tanto en dependencias, alcaldías y órganos autónomos. En estos tiempos es muy común escuchar “me pidieron la plaza”. El viernes hubo un desayuno de los coordinadores parlamentarios del Congreso y los miembros de comisión con el auditor David Vega. El tema del pago de cuotas fue puesto en la mesa por Jorge Gaviño, el coordinador de la bancada del PRD, con el señalamiento de que se debía de revisar que el nuevo personal contara con la escolaridad y la expertise. La Auditoría debe informar sobre nuevos cuadros y sus perfiles a los diputados; basta decir que los ajustes aún no se reflejan en la página de internet, aunque es una obligación de transparencia, pero ahí también hubo cambio.  

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@esbarajas