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Repatriar o negar

Frente a la detención de miles de promotores del EI, las fuerzas armadas de EU se percataron del origen de estos. Gran parte son de países europeos.

OPINIÓN

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El fin de la guerra en Siria se anunció con orgullo. Sobre todo por Estados Unidos, quien aseguró haber cumplido su misión: desarticular al Estado Islámico (EI). Sin embargo, éste tan solo se apagó en una región que pasó a manos turcas, rusas e iraníes. La guerra tan sólo se transformó. Ahora, Siria se enfrenta a la voluntad de los que se quedaron y a los ultimátums de los que se retiraron. Mientras tanto, existe un actor clave que permanece en silencio: Europa.

Frente a la detención de miles de promotores del EI, las fuerzas armadas de EU se percataron del origen de estos. Gran parte proveniente de países europeos legalmente obligados a responder por sus connacionales. No obstante, costos económicos y políticos los mantiene congelados. Repatriar a cada miembro de EI capturado significa burocracia y burocracia significa capital. Capital para el traslado, interrogaciones, juicio y resolución de casos. La Resolución 2178 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada en 2014, exige a Estados que aprueben leyes para reprimir a combatientes extranjeros y enjuiciarlos por pertenecer o apoyar a un grupo terrorista.

Entra en juego la posibilidad de reinserción. Para reubicar a los individuos en la sociedad europea suponen una prueba de fuego para las políticas públicas de cada país. Las condiciones en las que viven los detenidos en Siria son deplorables. Se ha reportado una falta de sanidad, de facilidades médicas y la propagación de trauma especialmente en 67% compuesto por niños menores de 12 años.

La reincorporación de quienes un día abandonaron su país para unirse a una de las expresiones más amenazantes del terrorismo contemporáneo conlleva también repercusiones a nivel seguridad. Algunas ONG calculan que de 40 mil personas que se sumaron inicialmente al EI, más de 5 mil son europeos.

En respuesta, se ha puesto sobre la mesa un nuevo debate; en el caso de Francia, respaldado por el ministro de Exteriores Jean-Yves Le Drian. Quienes se unieron al bando enemigo se convirtieron en enemigos de la nación. El EI no es reconocido como un país, por lo que las credenciales para arrancarles la ciudadanía se ponen en duda. El Derecho Internacional sostiene ilegal convertir a una persona en apátrida, pero Reino Unido ya ha eliminado la ciudadanía de personas con doble nacionalidad.

El posicionamiento de algunos gobiernos europeos es comparable con el que adoptan frente al fenómeno migratorio, excepto esta vez dejan fuera a sus propios ciudadanos.

Las repercusiones de sostener el enfoque hasta ahora adoptado promueven la inestabilidad y aumentan el riesgo económico y político a futuro. Repatriar a los partidarios del EI detenidos en Siria ahora es una oportunidad para aprender más sobre la organización terrorista.

POR CAMILA GÓMEZ DÍAZ BARREIRO
@CAMILAGOMEZDB



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