Independientemente del resultado de la encuesta ordenada por el presidente López Obrador, para “determinar” si se construye o no el Tren Maya, una de las obras insignia de la 4T, todo está dispuesto para que los trabajos inicien cuanto antes.
El 14 y 15 de diciembre se hará la consulta y, posteriormente, me dijeron fuentes del gobierno federal, se darán a conocer todos los contratos asignados para la obra que pasará por cinco estados.
Se tiene previsto que antes de tomarse unos días de asueto, a finales de diciembre, el jefe del Ejecutivo cierre el año colocando la primera piedra del tren en un lugar que todavía está por definirse. Como se sabe, la ruta ferroviaria pasará por Chiapas, Campeche, Tabasco, Quintana Roo y Yucatán, y en prácticamente todas estas entidades las autoridades estatales y municipales están de acuerdo.
Hace un año había escepticismo sobre el proyecto, pero conforme pasó el tiempo, muchos se fueron convenciendo de su viabilidad y sus beneficios. Sin embargo, todavía existen grupos que oponen. El viernes pasado, siete organizaciones que se dicen mayas de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, expresaron su desacuerdo mediante un comunicado. Entre otras cosas dijeron que es un proyecto “capitalista y depredador, que de maya no tiene nada; es un proyecto de explotación, vulneración y marginación a nuestros pueblos y comunidades”.
Por tanto, rechazaron la obra y el mecanismo de participación anunciado por López Obrador.
Un día antes de este pronunciamiento, el Presidente había dicho que se va a respetar la voluntad de los ciudadanos: “Si la gente dice no, ahí quedó, hasta ahí llegamos; el pueblo manda”.
Pero más allá de los dimes y diretes, los representantes de Fonatur en los estados involucrados –cuyo titular, Rogelio Jiménez Pons, encabeza los trabajos- cuentan ya con los derechos de vía, adjudicación de contratos y, en algunos tramos, con obras preliminares en marcha.
Esto quiere decir que es prácticamente imposible que los trabajos se detengan y que la consulta es un requisito que debe cumplir el gobierno porque forma parte de una promesa que hizo el Presidente.
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Por más que le echa ganas, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, no ha logrado sacar a su estado de los problemas que encontró. El 1 de diciembre estaría cumpliendo su primer año de gobierno; sin embargo, existe la posibilidad de que lo “inviten” al gobierno federal para darle una salida decorosa. Y alguien que ya ven frotándose las manos es al actual coordinador de MC en el Senado, Dante Delgado, quien entre 1988 y 1992 se desempeñó ya como gobernador interino de Veracruz, a la renuncia de Fernando Gutiérrez, quien entonces fue designado por Carlos Salinas como titular de Gobernación. ¿Será?
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar tanto tiempo”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ALFREDOLEZ
abr