Ya se les había advertido: ni la Austeridad Republicana ni el combate a la corrupción alcanzarían para costear todo lo planeado. Empezando por la estrategia de seguridad, la cual requerirá muchos millones; prueba de ello es que mientras el secretario Durazo anunciaba los avances en materia del combate a la inseguridad, se acribillaban a 14 policías en Michoacán.
Con el presupuesto presentado, la 4T no logra pagar programas a se implementar el próximo año.
Alfonso Ramírez Cuéllar (Morena), presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados hizo un llamado para obtener 80 mil millones adicionales en la Ley de Ingresos 2020 y cumplir los compromisos de gobierno.
La terca realidad se refleja en las cifras que se requieren y en las propuestas que se hacen de cómo administrarlas. Aunque el presidente López Obrador niegue lo propuesto por el secretario de Hacienda, tarde que temprano se deberá aceptar que la administración federal está gastando más de lo que entra a las arcas nacionales. Y el resultante se conoce de sobra: crisis económica (y de seguridad) galopante.
Ramírez dijo algunas necesidades creadas que requieren ampliación presupuestal.
• Gratuidad de la educación. La obligación del Estado en educación superior, pues ahora que las universidades solicitaron su presupuesto sin recortes, el Presidente dijo que no.
• Creación del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar. Lo que era el Seguro Popular (y que nunca dejó de atender enfermos).
• Programas de Seguridad Alimentaria. En años pasados se tenía presupuesto para ellos, por ende no tendría porque pedirse más.
• No hay presupuesto que alcance para todo lo que la gestión gubernamental requiere. El asunto es reconocer prioridades.
• Si la mitad del presupuesto de turismo es para el Tren Maya, no habrá campañas para atraer turistas.
• Lo mismo ocurre con lo que se gastó para que los empresarios del NAICM no se llevaran a juicio mercantil al gobierno.
• Comprar estadios de beisbol y apoyar la renovación de otro.
• No invertir en universidades serias, para que puedan apoyar a estudiantes.
• Apostar por una refinería cuando los estudios apuntan que no es rentable.
• Al menos 85% de las compras gubernamentales han sido directas, lo que implica sobre costos para el erario.
Y el avión. La promesa que sigue repitiendo el presidente es que, una vez se venda, los ingresos alcanzarán para varios programas.
También el “avión” que dieron empresarios a Alfonso Romo al no decirle nada por proponer “echarle mentiras” al Banco de México. Si quiere el gobierno que el empresariado invierta, debe respetar el estado de derecho.
Y un “ nuevo avión” de 80 mil millones de pesos extra que dependerán de la actitud que tome Andrés Manuel ante las propuestas del secretario Arturo Herrera. ¿Hasta cuándo continuará negando a Hacienda?
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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@MALOGUZMANVERO
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