Era una tarde lluviosa de septiembre del año 2006. Una parte importante del zócalo de la Ciudad de México -la que va del lado norte de Palacio hasta la calle 5 de Mayo- se encontraba pletórica de personas que se juntaban por las tardes y las noches, para escuchar siempre muy atentos de las noticias acerca del estado del "plantón de Reforma" que había instalado Andrés Manuel López Obrador, el PRD y otras muchas organizaciones sociales, campesinas, sindicales, ciudadanos en general, para protestar, todos estos, en contra del fraude electoral del que había sido vÍctima el PRD y el propio López Obrador.
Subían al enorme templete los oradores a quienes les correspondía hablar en esa ocasión, y cada uno lo hacía parsimoniosamente, cuidando la forma, como si cada uno de ellos fuese a levantar, con sus encendidas palabras, una gran insurrección en contra del gobierno de Vicente Fox.
Eran 20 o 25 mil las personas que escuchaban al orador acerca de las actuaciones del PRD tanto en el Instituto Federal Electoral como en el Tribunal Electoral de la Federación.
Yo estaba en el templete observando la reacción de la gente ante cada nueva información, y comentaba con un compañero, como era, que a pesar de la incesante lluvia que cubría al centro de la ciudad, los escuchas que se cubrían con hules, sombrillas, mantas, no se movían y poco les importaba que por momentos la lluvia y el viento arreciaban hasta hacer inútil cualquier intento por no mojarse.
Terminaba su informe el primer orador, cuando observo, con gran sorpresa, que Porfirio Muñoz Ledo quien, años antes, había apoyado a Vicente Fox y había ocupado cargos administrativos y diplomáticos durante el gobierno del guanajuatense parte de su equipo de gobierno, subía lentamente cada uno de los escalones hasta situarse en la fila de las personas que presidían el mitin. Conforme avanzaba hacia el centro de la fila que hacía de presidium, crecían los chiflidos y los gritos de traidor, corrupto, panista, foxista, etcétera, etcétera.
La extrañeza mía y de quienes estabamos en el mitin era debido a que Porfirio apenas días antes de la elección presidencial, había despotricado en contra del PRD, de Cuauhtémoc Cardenas y del propio López Obrador
-¿Qué hacía en el mitin del plantón, Muñoz Ledo?
-¿Quién lo había convocado?
Estas preguntas nos hacíamos muchos mientras crecía el murmullo y las mentadas y los insultos.
Bajé del templete y fui a la casa de campaña que habitaba López Obrador y que estaba situada abajo del templete y de frente a la puerta norte de Palacio Nacional.
-¡Andrés! No lo vas a creer, pero Porfirio esta en el templete.
-Yo lo invité y además le pedí que lanzara un discurso-, me respondió el que en ese momento aún era aspirante presidencial, dado que aún no se calificaban las elecciones presidenciales.
COLABORADOR
@JESUSORTEGAM