A marchas forzadas y con mucha incertidumbre se sigue implementando la separación del Reino Unido de la Unión Europea, lo que se conoce como Brexit.
Dicha separación afectará seriamente a diversas actividades sociales, políticas y de negocios. El futbol no será ajeno.
La curva ascendente que en los últimos años ha experimentado la Liga Premier podría estar en peligro. Una liga que durante muchos años vivió en el oscurantismo, debido a la violencia en los estadios y las sanciones impuestas por los desastres causados por los hooligans, ha podido renacer y contar con los mejores futbolistas europeos. El nivel de juego ha aumentado, los partidos se han hecho más atractivos, creciendo así el espectáculo y los ingresos por los derechos de transmisión, lo cual generó el desarrollo exponencial de sus clubes y ha llevado a la Liga Premier a ser la más rica del mundo.
En la actualidad, tanto los futbolistas comunitarios como los ingleses pueden jugar sin restricciones en el Reino Unido o Europa gracias al acuerdo de libre circulación de personas.
Distinto panorama tienen los jugadores extracomunitarios, ya que la reglamentación deportiva en el Reino Unido exige una serie de requisitos para poder ser inscritos en sus campeonatos, entre otros, que el jugador haya participado en al menos 30 por ciento de los partidos internacionales en los que haya sido elegible para jugar con su selección nacional, durante los dos últimos años, si su selección se encuentra en el ranking de las 10 mejores del mundo, aumentándose el porcentaje de participación hasta 75 por ciento de los partidos, de acuerdo con el ranking de su selección.
Así, en el momento en que Reino Unido deje de formar parte de la Unión Europea, los futbolistas que ahora son comunitarios y pueden jugar con libertad en sus ligas, pasarían a ser extracomunitarios, sin que muchos de ellos cumplan con los requisitos mencionados.
Para darnos una idea, Kanté, Payet, Modric, Fábregas e incluso Cristiano Ronaldo no podrían haber llegado a jugar a la liga inglesa, ya que en su momento no reunían los requisitos de elegibilidad para poder ser contratados.
Por otro lado, al no ser parte de la Unión Europea, Reino Unido tampoco cumpliría con la normativa de la FIFA que sólo permite la transferencia internacional de futbolistas menores de edad (mayores de 16 y menores de 18 años), entre los países que forman parte de la Unión. De esta forma, muchos jugadores de categorías menores no podrán ser captados para continuar su formación en equipos ingleses.
Así, el panorama para las ligas, clubes y jugadores ingleses y los que hoy juegan como comunitarios es incierto. Se desconoce el estatus que tendrán los futbolistas que en la actualidad están jugando en sus competiciones, que pasarían con el Brexit a ser extracomunitarios, así como si podrán seguir jugando en clubes ingleses como lo han venido haciendo o si deberán cumplir con los requisitos legales que se les exigen a los otros jugadores extracomunitarios.
Falta mucha negociación y cabildeo en las más altas esferas del gobierno inglés y europeo. Sin embargo, la Asociación de Futbol inglesa y sus ligas deberán subirse a la mesa de negociación, tanto a nivel europeo como a nivel local, y de ser necesario, implementar normas y regulaciones que permitan dar continuidad al desarrollo de un negocio que se encuentra en plena bonanza.
@ernestommeade