Un nuevo TLCAN ¿De veras?

La mayoría en EU apoya la idea de un nuevo acuerdo comercial norteamericano con Canadá incluido

Una persona razonable puede tener dudas, y muchas, en torno a la idea de que el anunciado entendimiento comercial preliminar entre Estados Unidos y México sea algo en el umbral de consumarse, como lo presenta el gobierno estadounidense. Es más, si la sospecha es que se trató de un adelanto con fines político-electorales de cara a las elecciones legislativas estadounidenses de noviembre próximo, puede que tenga razón. Porque a fin de cuentas, el anuncio del 27 de agosto fue sólo uno de "progresos". El fin de semana, el representante presidencial estadounidense para Comercio Internacional (USTR) notificó al Congreso que el presidente Donald Trump tiene la intención de firmar un acuerdo comercial con México y Canadá "si así lo desea" en un término de 90 días. El plazo es requerido por el llamado "fast track", el trámite acelerado que obliga al Congreso a aprobar o rechazar como un todo los acuerdos comerciales firmados por el Ejecutivo. Hasta ahí todo más o menos normal. El "fast track" no es nuevo. Pero el convenio que se pretende poner a aprobación sí, y lo que la Casa Blanca solicitó en su momento fue el permiso para negociar –o renegociar, como es el caso– un acuerdo trilateral con Canadá y México. El anuncio del fin de semana fue acompañado por la precisión de que las conversaciones con Canadá se reanudarían el 5 de septiembre. Pero al mismo tiempo, trascendieron las opiniones de Trump sobre las condiciones del posible acuerdo y en específico sus derogatorias expresiones hacia Canadá. Para hacer las cosas más divertidas, tanto el Congreso como México, el tercero en discordia, insisten en que el eventual nuevo tratado debe ser tripartita. La opinión de México puede no ser importante en este momento, dado que se trata de un proceso interno, pero que el acuerdo anunciado hace 10 días fuera sólo preliminar añade presión e irritación de algunos sectores del Congreso, al margen de la de los 36 estados, que mantienen una importante relación comercial con Canadá. Y ese es un punto importante, sobre todo en tiempos de elecciones legislativas, cuando cada congresista ve más por sus propios intereses —léase elección o reelección– que por los del partido o los del presidente, en este caso. Para hacer más entretenidas las cosas, una encuesta consignó que la mayoría de los estadounidenses apoya la idea de un nuevo acuerdo comercial norteamericano con Canadá incluido. Y aunque la mayoría de los republicanos respalda la política comercial de Trump, los tiempos comienzan a convertirse en un problema: ahora el gobierno está más o menos obligado a finalizar la negociación con Canadá y concretar los acuerdos preliminares con México durante septiembre, para estar en capacidad de publicar el aún desconocido documento el 30 de septiembre. Y hay que pensar que el 1 de diciembre habrá un nuevo presidente en México, Andrés Manuel López Obrador, con un Congreso que parece menos favorable a los acuerdos comerciales con los Estados Unidos de Trump.