Aspirar a un mejor país pasa por tener un mejor gobierno, es decir, una organización mejor dirigida y administrada, orientada a resultados concretos y medibles.
Las empresas que tienen un marco normativo que regula su dirección y su estructura, que tienen un sistema efectivo de rendición de cuentas, transparencia y un mandato claro de la responsabilidad de los directivos sobre el desempeño final de la empresa, suelen tener mejores resultados administrativos que las que no tienen este tipo de gobierno en su interior.
Este tipo gobierno es el gobierno corporativo (GC), que se ha difundido en las empresas, sobre todo en las que cotizan en bolsa. La figura ha sido relevante por mucho tiempo, e incluso la OCDE reconoce que el GC contribuye en la competitividad de la empresa y en generar el grado de confianza necesario para el funcionamiento correcto de una economía de mercado.
El modelo de GC ha sido adoptado en el sector público desde la década de los 80 con experiencias en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y otros países.
En México se han dado pasos hacia la adopción del GC, muestra de ello fue la reforma energética de 2008 que incluyó la figura de consejeros independientes dentro del Consejo de Administración de Pemex.
Es deseable que en el camino a la profesionalización de la administración de las entidades de gobierno federales y locales se siga avanzando en la adopción del modelo de GC. El nivel de recursos que manejan amerita tener una mejor administración. Por ejemplo, el valor de operaciones de la Conagua ronda a los 50 mil millones de pesos similar a Mabe, Cinépolis o Nestlé, por su parte Capufe, que es una empresa líder en operación de tramos carreteros con más de 4 mil km, tiene un volumen de operación de 30 mil mdp que es superior a empresas como Ferromex, Telefónica o GE México.
La adopción inicia con la creación de un consejo de administración y comités como el de auditoría o finanzas, la implementación de procesos de gobierno documentados, transparencia en la información y la integración de consejos independientes en el Consejo de Administración.
El GC es un modo de hacer las cosas que va más allá de las seis veces al año que en promedio se reúne un consejo de administración en México. Implica temas tan relevantes como la selección de un perfil idóneo para dirigir la empresa o la destitución de este si no alcanza los objetivos planteados o se aleja de los principios éticos de la organización.
En la política, donde el corto plazo domina las decisiones de los nombramientos en dependencias o entidades públicas, con el GC se diseña planes de remuneraciones para los directivos de forma tal que se pueda promover el interés de largo plazo de la organización y atraer a los mejores profesionales.
En tiempos de quienes hablan de la “cuarta transformación”, “regeneración” y del tupper challenge, bien harían en aterrizar esos elevados conceptos y estudiar las mejores prácticas globales de gobierno corporativo en el sector público para realmente mejorar el desempeño del gobierno. Sería terrible que se confundan y en vez de gobierno “corporativo” nos den gobierno “corporativista” que copte a los grupos de poder a través de la presión y la corrupción. Ahí sí que nos iríamos a la verdadera bancarrota. Por lo que no perdamos de vista los pesos y lo relevante y no cuidar los centavos ni los tuppers.