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Escepticismo

OPINIÓN

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Tras un estira y afloja que incluso incluyó la enésima negativa pública para quedarse con el puesto de seleccionador nacional para el ciclo que concluirá en Qatar 2022, el técnico Ricardo Ferretti finalmente dirigió al Tricolor en los amistosos del 7 y 11 de septiembre, ante Uruguay y Estados Unidos, respectivamente, correspondientes a la primera Fecha FIFA tras el Mundial de Rusia 2018. Una buena parte de los analistas asegura que El Tuca es la mejor opción no sólo para dirigir estos encuentros “moleros”, como alguna vez el propio Ferretti los definió, sino también para mantenerse en el puesto de cara a la próxima Copa del Mundo, argumentando su éxito en años recientes al frente de los Tigres y su vasta experiencia en el futbol mexicano. ¿Pero en realidad es el indicado para mantenerse en el puesto? El escepticismo surge por el hecho de que, a diferencia de la mayoría de sus colegas, al técnico de origen brasileño no parece interesarle el tomar las riendas del banquillo más caliente del balompié nacional, pese a que ha tenido la opción de ser el máximo responsable varias veces. Posiblemente el haber vivido ya un proceso mundialista como auxiliar (Estados Unidos 1994) no le permite a Ferretti entusiasmarse con un puesto criticado y complicado, el cual marca a todo aquel que lo asume de manera definitiva, lo que podría resultarle contraproducente a un entrenador que se caracteriza por su poca tolerancia a los cuestionamientos; sí, esos que son el pan de cada día en la Selección Nacional. Basta recordar lo que le ocurrió a Miguel Mejía Barón, el técnico que lo llevó al Tri como auxiliar para esa justa en la Unión Americana, quien literalmente se transformó tras su paso por el banquillo tricolor, dado que de aquel personaje que llevó a Pumas al título en 1991, precisamente con un gol de El Tuca, poco quedó tras su andar con el combinado mexicano, ya que tras el subcampeonato de la Copa América en 1993, que lo encumbró como el gran sucesor de César Luis Menotti, todo se derrumbó un año después, con aquellos cambios guardados ante Bulgaria, en los Octavos de Final de Estados Unidos 1994, lo que tensó una relación que finalmente se rompió un año después, con la caída en penaltis (1-4) ante los estadounidenses en la justa continental disputada en Uruguay. Ferretti vivió tan de cerca este proceso, que quizá desde aquel entonces quedó curado de espanto en relación a la Selección Nacional, por lo que sólo el tiempo dirá si la nueva directiva de la FMF, encabezada por Yon de Luisa, lo convence para dirigir oficialmente a un Tricolor que, al menos hasta ahora, no llena sus expectativas.
@ALEX_ASMITIA