En diciembre, además del relevo del Gobierno de la Ciudad de México, con el arribo de Claudia Sheinbaum, se viene otro cambio: el del Poder Judicial en la capital del país, ya que en noviembre vence el periodo para el que fue electo Álvaro Augusto Pérez. El magistrado espera obtener la reelección al frente del Tribunal Superior de Justicia, pero hay una contendiente con lazos importantes en el nuevo partido en el poder, Rosalba Guerrero.
Las aguas dentro del Poder Judicial se mueven en dis-tintas direcciones; podría incluso haber un tercer tirador, lo interesante es que en esta ocasión no se prevé que haya declinaciones y terminen con un sólo postulado. Las decisiones verticales parecen haber quedado en el pasado.
Rosalba Guerrero es vista como la candidata de Morena, ha tenido una importante cercanía con la bancada de ese partido en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, una buena relación con el coordinador César Cravioto, quien estuvo muy activo dentro durante la campaña de Claudia Sheinbaum, es integrante del equipo de transición y recientemente nombrado comisionado para la reconstrucción. La magistrada ascendió al cargo en 2014, fue electa por la sexta Legislatura de la ALDF, es decir, dentro de la administración de Miguel Ángel Mancera; se destacó por cuestionar la última reelección de Edgar Elías Azar, por estar que al margen de las disposiciones de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, artículo 33.
Pero el arribo del guerrerense al frente del Poder Judicial de la capital, así como sus dos reelecciones, obedecían a acuerdos políticos, ubicados por encima del voto de los magistrados. Fue electo en 2007, durante el gobierno de Marcelo Ebrard, convertido en la actualidad en uno de los hombres más cercanos a Andrés Manuel López Obrador; su periodo inició en 2008 y debió conducir en 2012.
Sin embargo, en 2011 se hicieron las reformas que permitieron al presidente del TSJ repetir en el cargo por tres años más, y en 2014, con el nuevo jefe de Gobierno se hicieron más modificaciones para que Edgar Elías Azar se entronara en el Poder Judicial hasta 2019.
Se fue antes porque apareció la propuesta de irse a La Haya como embajador, pero antes movió los hilos necesarios para obtener el voto mayoritario a favor de Álvaro Augusto Pérez en 2017.
Si bien es cierto que Rosalba Guerrero trae su propia cuerda con los morenos, el actual presidente del Tribunal Superior de Justicia y su promotor tienen una relación importante con Marcelo Ebrard, así que cada uno hará uso de sus mejores aliados para encabezar el Poder Judicial de la Ciudad de México.
En el mundo de los jueces, los más grillos y participativos son los civilistas, donde el expresidente tiene un poder de influencia importante, sin embargo, el mundo de este poder es muy cerrado, por eso los movimientos en ese tablero parecen imperceptibles si se compran con lo que sucede dentro del Ejecutivo y el Legislativo, pero la disputa ahí está.