Haz tu denuncia aquí

Los verdaderos cangrejos mexicanos

Hay quienes con una terquedad casi admirable se empeñan en minimizar la actuación de la selección femenil. para ellos, ni siquiera el oro es suficiente

OPINIÓN

·
l hablar del desempeño de las selecciones varoniles y femeniles (particularmente las de futbol) surgen inmediatas comparaciones. Lo ideal sería, claro está, que cada selección pueda escribir su historia sin voltear a ver lo que sucede con el otro lado, sin embargo, cuando las desigualdades son tan grandes, esto resulta casi imposible. Es por ello fundamental en este contexto establecer criterios para entender la manera en la que podemos evaluar, de manera individual y colectiva, el rendimiento de cada una. Hay quienes con una terquedad casi admirable se empeñan en minimizar la actuación de la selección femenil en Barranquilla. Para ellos, ni siquiera el oro es suficiente. Se niegan a reconocer que refrendar un campeonato con jugadoras que ahora se consolidan después del nacimiento de la joven Liga MX habla de un crecimiento. Esgrimen argumentos que únicamente demuestran su absoluto desconocimiento, dado que parece que piensan que el futbol femenil nació ayer, y gracias a la dadivosidad de unos cuantos de sus pares masculinos. La lucha del futbol femenil es una historia llena de problemáticas vinculadas a la discriminación, prohibición, minimización y nulificación de los esfuerzos de cientos de personas. ¿No me cree? En internet se dará cuenta que hubo alrededor de 50 años en los que el futbol femenil se prohibió en diversos países. Mientras tanto los clubes varoniles surgían, se profesionalizaban, la competencia crecía, y el deporte evolucionaba. Los espacios diseñados por hombres y para hombres se modernizaban. Es en este punto es que la comparación no únicamente resulta injusta para la selección femenil, sino hasta dolorosa para la varonil, que fue eliminada en primera ronda, con todo y los lujos que les rodean. No obstante, es muy peligroso caer en la romantización de la miseria para hablar de los éxitos deportivos. Ganar habiendo obtenido el mínimo apoyo es una historia de éxito, pero en ese caso es nuestra labor subrayar el origen de la misma para evitar que dicho modelo se replique. Al margen de esto lo más interesante viene de comparar, no a las selecciones, sino las reacciones de diversos sectores, particularmente los de la prensa. Hay quienes se consideran muy de avanzada porque “también trabajan con mujeres” o “tienen una hija”, pero siguen pensando cosas como “tienen que ganarse un lugar”, “que deben ir labrando el camino”, “que no generan”. Estos mismos deben cuestionarse qué tan lejos están de los pensamientos machistas de los que se expresan de manera más recalcitrante. ¿Se tienen que ganar un lugar? ¿Qué lugar se ha ganado el futbol mexicano a nivel internacional? ¿Con qué recursos y después de cuántos años con cuánto desarrollo? Ahí están los pensamientos de los verdaderos cangrejos mexicanos, aquellos de los que viven inmersos en el privilegio y no obstante no alcanzan los resultados proporcionales a lo que reciben, con todo y su fregona imaginación. A