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Teresa Solís Trejo: Turismo médico (4). Innovación y disrupción

OPINIÓN

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Los flujos de turismo médico de EEUU a México corresponden, en su mayoría, a pacientes que no gozan de cobertura de gastos médicos mayores por parte de sus empleadores (151 millones de personas) ni por parte de programas públicos: Medicare que aplica a los adultos mayores y personas con discapacidad (67.4 millones) y Medicaid/CHIP (73.9 millones) para población de bajos ingresos niños -alrededor de 9.2 millones de personas califican a ambos-. Canadá cuenta con un servicio de salud pública, Medicare. De manera similar a la cobertura en EEUU, con diferencias entre provincias y estados, la cobertura excluye algunos tratamientos. Existe también una industria médica privada con costos menores a los de EEUU, pero superiores a los de México. El envejecimiento de la población y la prioridad que se da a la atención de padecimientos que ponen en peligro la vida del paciente, ocasiona largos períodos de espera, superiores a 18 meses para cirugías de remplazo de rodilla, cadera o cataratas, por lo que muchos canadienses que cuentan con los recursos para ello, viajan al extranjero para recibir este tipo de atención. En México la promoción al turismo médico se ha enfocado en captar a pacientes sin cobertura de seguro, facilitar la obtención de información por parte de pacientes y lograr la vinculación entre médicos de ambos lados de la frontera. Una visión estratégica y prospectiva puede contemplar opciones para atraer al paciente asegurado, considerando los intricados procesos comerciales y burocráticos en la gestión de los servicios médicos en los vecinos del norte. Existen ejemplos de innovación en EEUU para mejorar la relación calidad-costo, ante la creciente brecha entre necesidades de atención por parte de la población y los altos costos médicos. Algunas empresas establecidas en EEUU, pero con liderazgo mexicano, como Mediexcel y SIMNSA, han logrado comercializar en California pólizas de servicios médicos redimibles en territorio mexicano, específicamente en Baja California. También, las empresas estadounidenses han empezado a sustituir la contratación de pólizas de seguro por la de redes de servicios médicos para sus empleados, modelo denominado de auto-aseguramiento. En el mismo sentido, en enero de este año se anunció que tres empleadores gigantes en ese país, Amazon, Berkshire Hathaway y JP Morgan, formarían una compañía independiente de atención médica para el 1.1 millones de empleados que tienen en conjunto en los EEUU. La inversión en temas de salud por parte de las grandes empresas tecnológicas promete mayores disrupciones en el mercado. México debe estar atento. Sus ventajas pueden generar nuevos modelos de atención médica para el paciente sin y con cobertura de gastos médicos. Esto detonaría de una manera mucho más poderosa las ventajas competitivas del país en esta industria.   Por Mtra. Teresa Solís Trejo