Clembuterol, veneno para todos

Desde que fui deportista de alto rendimiento, hace más de dos décadas, sabía que hay sustancias que mejoran el rendimiento que los atletas no podemos tomar, primero, porque dañan nuestra salud; segundo, porque es trampa, estamos obligados a respetar el Juego Limpio. Desde entonces sabíamos de la existencia del clembuterol, un anabolizante que cuando nació la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) fue incluido en la Lista de Sustancias Prohibidas.

Durante años los deportistas fueron castigados cada vez que fallaron un control antidopaje por clembuterol. Muchos de ellos alegaron que si esa sustancia estaba en su cuerpo era porque había entrado sin saberlo. Ya en España, Italia y Francia se habían registrado muertes de personas que se intoxicaron  por comer carne contaminada con clembuterol. Los atletas se justificaban con el argumento de que, sin saberlo, comían esa carne contaminada y que no se estaban dopando con clembuterol.

Por años prevaleció el mito de que una persona tendría que comerse “una vaca entera” para que tuviera clembuterol en su cuerpo y este se detectara en un análisis antidopaje. Ayer amanecí con la noticia de que esto es falso, que es suficiente comer 250 gramos de carne magra para detectar en la orina de un ser humano esta sustancia. La WADA lo sabe desde hace tres años años, cuando junto con el gobierno mexicano (Conade y Cofepris), realizaron una investigación que sirvió para evitar que los deportistas sean castigados injustamente por el simple hecho de comer carne de res, una de las principales fuentes de proteína para un atleta.

Qué bien que se realicen estas investigaciones. Qué bueno que hay justicia en el deporte. Seguramente esta información le viene de maravilla al “Canelo” Álvarez en la audiencia que tendrá el 18 de abril ante la Comisión de Nevada. Lo que no sé es si será suficiente para que no lo sancionen. Este organismo tiene toda la intención de castigarlo. Es irrefutable el hecho de que falló en dos antidoping y no les interesa si en México la carne está contaminada y no se ha podido frenar esta práctica deleznable de los engordadores de ganado que violentan la ley porque se saben impunes. 

Lo importante de este asunto es que si no fuera por la carne contaminada, al menos unos 400 atletas mexicanos ya hubieran sido sancionados por fallar el antidoping. Pero si otra parte del gobierno federal, la autoridad sanitaria, léase Cofepris y/o Secretaría de Salud, se empecina en sostener que la carne no está contaminada entonces están solapando un dopaje de Estado, al estilo Rusia, lo cual pondrá en serios aprietos al deporte mexicano. Los países, con todo el derecho, van a reclamar que los mexicanos gozan de una excepción. A ellos qué les importa si México ha sido incapaz de controlar este grave problema que, por si fuera poco, deja a la población en la indefensión. Comenos carne contaminada con clembuterol y al gobierno no le importa porque nadie lo sabe, porque no lo vemos.

 

Diacrítico

¿Qué esperan las autoridades de salud y ganaderas para garantizar que toda la carne que se vende en México esté libre de clembuterol? Su ineficacia se está llevando entre las patas a los deportistas. Lo peor: están envenenando a niños y ancianos; a ellos mismos, a sus hijos, a sus hermanos. A todos.