Las netas del debate

Una de las grandes netas del debate, es que el eterno candidato, AMLO, ya está cansado. Por más que haya tratado de vacunarse anunciando que no respondería a ataques, evidenció sus deficiencias, su incapacidad para defender las propuestas que ha lanzado, la de la amnistía para delincuentes, el nombramiento del fiscal general, y cómo acabar con la corrupción. Insiste en que solo por su voluntad se lograrán las cosas, y con tal desparpajo y pereza, menos convence. Lo que dejó ver, entender y recordar, es que sigue siendo el mismo intolerante e irrespetuoso, hacia las instituciones y hacia las personas; que está poco preparado para argumentar, defenderse y exponer sus razones, y al verse cuestionado, superado en capacidad y claridad, confirmó cómo se comporta y comportará hacia la crítica y a quien piensa diferente. López se dibujó solo en la cerrazón, molestia e intolerancia. Se sofocó, le faltó aire, se despeinó, se pasó la mayor parte del tiempo escondido tras su pódium buscando cartelones, y evadiendo la mirada. Notoriamente enojado, y maleducado, se fue abruptamente sin despedirse, y el que se enoja, pierde. Otra neta, es que para los candidatos del PRI y del PRD el centro fue López, más que exhibir sus virtudes. Incluso olvidaron responder las preguntas de rigor, y lo hicieron burdamente. Aunque a un debate se va a polemizar, contrastar ideas, visiones y propuestas, rayaron en la denostación, privilegiaron el golpe más que la razón, y lograron su objetivo de tirarle al puntero, pero a costa de irse entre las propias patas de su estrategia. La neta es que su estrategia de irse sobre López cumplió el propósito de señalar al más malo entre los malos, pero no logró montar una cortina de humo para esconder sus sospechosos negocios inmobiliarios ni su omisión en inmensos actos de corrupción en el actual gobierno. La neta del Bronco, es que su desenfrene, sin mucho más que perder sabiendo que pasó de chiripa y chuecamente, llevó a la risa incrédula con sus ocurrencias fuera de lugar, mientras secundaba a los otros para no quedarse fuera del club de Toby. La otra neta, es que en planteamiento de propuestas, estatura política, respeto y tolerancia y firmeza, Margarita Zavala fue muy superior. La tranquilidad que da no tener un pasado turbio del cual defenderse, hizo la diferencia. Pudo enfocarse en exponer sus propuestas, mostró temple, su ánimo echado para adelante, y sus ganas de transformar a México. Los debates electorales, ejercicio democrático por excelencia, hacen públicos los contrastes de las propuestas, el temple, las capacidades de argumentación, síntesis, análisis, diálogo, y tolerancia ante la discrepancia. Y la neta de las netas, es que no debe evaluarse en función de quién habló mejor.  

Diacrítico:

El debate lo perdieron los candidatos de los partidos, lo ganaron los independientes que tuvieron la oportunidad de ser escuchados, y ganó la ciudadanía, que ya se aprendió de memoria las historias truculentas de los candidatos, y la neta, debiera exigir que se aclaren.