AMLO, ese viejito de condominio

Muchos mexicanos están desconcertados por el comportamiento errático de Andrés Manuel López Obrador. Como sabemos, un día habla contra la reforma energética y al siguiente algún colaborador desestima sus palabras. El nuevo aeropuerto, que descalifica, encuentra mágicamente una luz en su proyecto cuando los empresarios lo conminan a una mesa de diálogo para convencerlo de su viabilidad. Lo mismo ocurre con la venta del avión presidencial y el uso de aviones comerciales o privados, contradicción en la que cayó esta semana, hasta dándose el lujo de grabar un video presumiendo una avioneta que, según él, sí es legítimo usar. AMLO está jugando al “limbo colectivo”. Se trata de esa zona mental de la sociedad que no es capaz de juzgar sobre la pertinencia de una propuesta, pero que cree que de todo puede opinar. Es la actitud de “viejito de condominio”, que en las asambleas de condóminos juzga negativamente todo lo que hizo el administrador y cuestiona todo. La dictadura del “viejito de condominio” es terrible: opina desde la comodidad que le da el hecho de que existan segundas y terceras mejores alternativas para cada decisión. Manipula el “limbo colectivo”, que en todo condominio existe, porque no todos los condóminos son expertos en todo. Al “viejito de condominio” siempre se le escucha; su avanzada edad juega a su favor. Lo peor es que, aunque no tenga razón, tiene derecho de veto. Y su voto bloquea. En el caso de AMLO sus disparatadas propuestas resuenan en grupos amplios de población dominados por el “limbo colectivo”: no son expertos en aviación, pero les parecen bien las pistas de Santa Lucía. Tampoco son expertos en protocolo o agenda oficial, pero les suena bien que el presidente utilice aviones comerciales. No son expertos en contratos energéticos, pero les apetece la idea de que la energía “regrese” al control del Estado mexicano. Los “viejitos de condominio” bloquean el progreso de un inmueble si: (1) la asamblea de condóminos es débil y su estructura de decisiones es frágil: (2) el administrador no tiene fuerza argumental o no es capaz de legitimar las acciones emprendidas durante su gestión; y (3) se les otorga más voz a los “viejitos” que a los demás condóminos. México se ha convertido en un gigantesco condominio donde las mejores decisiones tomadas pueden ser revertidas pronto, a partir de 2018… por el simple hecho de que un individuo, sin razones, puede con la mano en la cintura cuestionarlo todo.  

After Slim

Y después de Slim, la pregunta es ¿qué otros empresarios de peso —y no escondidos en el anonimato de las cámaras y asociaciones— confrontarán a AMLO con argumentos? Solo así.  

Romero recluta

Y mientras tanto… Fernando Romero, el arquitecto, lanzó una campaña en redes sociales para reclutar más y más arquitectos para el Nuevo Aeropuerto. motacarlos100@gmail.com     @SoyCarlosMota