“Detener el nuevo aeropuerto es detener al país”. Eso me dijo el secretario de turismo, Enrique de la Madrid, luego de la inauguración del Tianguis Turístico 2018, en Mazatlán, Sinaloa. Ayer la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México volvió a llevarse la nota en todos los medios.
Y digo que no entiendo a AMLO porque precisamente el tema del nuevo aeropuerto lo ha llevado a dar bandazos con su postura. Aunque, en realidad, su posición no ha cambiado. Solo evitó enfrentarse con los empresarios y constructores de la obra de infraestructura más importante del país en el último medio siglo. Pero la conferencia de prensa que dio el Ing. Carlos Slim, presidente de Grupo Carso, -uno de los principales contratistas del aeropuerto- volvió a sacar al verdadero intolerante que Lopez Obrador lleva dentro.
“Que lo construya con su dinero”, dijo el candidato de Morena como respuesta al manotazo que dio Slim sobre el tema. “Ahorita no tienen por qué meterse, ahorita son candidatos”, es lo que dijo el empresario más exitoso de México. Pero los candidatos se han metido, y con todo, por las amenazas de Lo?pez Obrador de cancelar el aeropuerto. Y es que, mientras ALMO trata de convencer con un cómic de que se debe echar abajo la obra, Slim asegura que es un proyecto cuya trascendencia sólo puede compararla con el Canal de Panamá.
Casi me atraganto de la risa cuando Lo?pez Obrador aseguró que el Ing. Slim estaba siendo manipulado por la mafia del poder. “Lo están utilizando para tratar de contrarrestar nuestro movimiento, pero no les va a funcionar. La gente ya decidió que no va a haber corrupción en México. Ya la gente decidió acabar con el bandidaje oficial”. ¿Usted cree que el hombre más rico de México, y uno de los más ricos del mundo, se dejará utilizar por un gobierno agónico y manchado por la corrupción?
Es más, ¿dónde quedó el Andrés Manuel amoroso y pacifista? ¿Qué hizo con las recomendaciones de sus “asesores del pueblo de México” que le pidieron no pelear? ¿Acaso no se había comprometido a no volver a mencionar la frase ‘la mafia del poder’ a solicitud de sus sabios consejeros?
En su arrogancia llegó incluso a la majadería: “Si el aeropuerto es un buen negocio, que lo haga con su dinero. Si Slim quiere construir el aeropuerto con su dinero, le damos la concesión”. ¿Y la ley? ¿Y las licitaciones?, ¿y la transparencia? Otra vez, nos deja ver que él, y sólo él, toma las decisiones de acuerdo a su criterio y voluntad.
No tenga duda que la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México será uno de los temas sensibles en los debates oficiales y mediáticos que veremos. Si Lopez Obrador quería enviar una señal de certidumbre a los inversionistas, fracasó. Como lo escribí antes, Lo?pez Obrador es un peligro... para sí mismo.