Hace un par de años era inconcebible imaginar a los Vaqueros sin Tony Romo ni Dez Bryant, que aunque a mi entender no conformaron, ni de cerca, una de las mejores combinaciones pasador/receptor de la historia, sí ocuparon un sitio especial dentro de la organización. Ahora, ninguno de los dos estará para 2018, en el que Romo cumplirá su segunda campaña como el principal analista de CBS, al tiempo que Bryant, cortado el pasado viernes, tendrá que continuar su carrera en otra parte.
Bryant se va como el mejor anotador por la vía aérea del equipo con 73 touchdowns, tercero en pases atrapados con 531, y como quinto en yardas con 7 mil 459; sin embargo, y pese a estas cifras, su estancia en Dallas nunca llegó a cubrir enteramente las expectativas depositadas en él.
Tras la firma de un jugoso contrato en 2015 por cinco campañas a cambio de 70 millones de dólares, jamás pudo superar en ninguna de las temporadas posteriores las 69 recepciones ni las 900 yardas. Es cierto que de entonces a la fecha se le presentaron lesiones que limitaron su estancia en el terreno de juego, que en ocasiones fue ignorado por el coordinador ofensivo o por Dak Prescott, a niveles de sacarlo de sus casillas, o que el arribo de Ezekiel Elliott provocó un giro en el plan ofensivo, pero también es una realidad que, en su caso, el costo/beneficio era totalmente desproporcionado. De acuerdo con datos de Pro Football Focus, durante 2017 Bryant fue el decimosegundo receptor más buscado, con 122 envíos dirigidos a su zona, pero sólo capturó 69, para 52.7% de efectividad. Para ponerlo en perspectiva,
Terrance Williams se quedó con 67.95% de los pases, y el ala cerrada Jason Witten con 72.41%. Y por supuesto, es imposible olvidar que su salario para 2018 sería de 12.5 millones de dólares, con un impacto de 16.5 millones contra el tope salarial.
Pese a estar de acuerdo en su partida, no me parece la forma en que la directiva se condujo con él, dado que ni siquiera le ofrecieron la posibilidad de reducir su sueldo, ni lo dejaron antes en libertad para aprovechar el mercado de agentes libres desde su apertura. Estoy seguro que no le faltarán ofertas de trabajo, pero no serán multimillonarias.
En lo que a Dallas se refiere, es un hecho que Williams jugará un papel mucho más importante, así como Allen Hurns, recién llegado de Jacksonville, cuya productividad deberá incrementarse al estar nuevamente sano, y al no tener más a Blake Bortles como su quarterback. Y además, cuentan con la selección 19 del Draft, misma que podrían emplear para reforzar esta posición.
Es irónico que el principal legado que Bryant deja en Dallas, independientemente de sus números, es el pase en playoffs contra Green Bay que no contó, por no haber completado el proceso de la recepción, que con los ajustes realizados a la regla hace unas semanas, ahora si sería válida.