En Morena, el desconocimiento de las instituciones, así sean las suyas propias, es pan de todos los días. En el PRD –el antecedente inmediato en el genoma político de Morena– tenían un dicho que Alejandro Encinas solía citar en afán crítico, por el cinismo que encierra: “Acuerdo mata Estatuto”, sentenciaba cuando denunciaba una negociación de sus eternos antagonistas, Nueva Izquierda, por encima de la legalidad.
Naucalpan no ha sido la excepción: el proceso para la designación de su Coordinadora de Organización Municipal en esta localidad (su candidata a la alcaldía, en palabras llanas) fue sustituido por un acuerdo más conveniente (para su cúpula). Entre esas tres finalistas no estaba Patricia Durán, a quien la Comisión Nacional de Elecciones de Morena designó como candidata a la Presidencia Municipal. Además, el convenio de coalición entre Morena, PT y el PES indicaba que en ese municipio debió nombrar a la abanderada al Partido del Trabajo.
En fin, nada de eso es nuevo. Ni tampoco que una de las aspirantes a la nominación, Lorena Río de la Loza, presentó la semana pasada un Juicio de Protección de los Derechos Político-Electorales, inconformándose con la violación al proceso interno pactado por los propios integrantes del Comité de Elecciones de Morena. En otras palabras, les pidió un “voto por voto”, pues se hicieron fraude ellos solitos.
Lo que sí es nuevo y agrega dramatismo a la elección de uno de los municipios más grandes e importantes del país es que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ya admitió el juicio (ST-JDC-159/2018) y se turnó el expediente a la ponencia de la Magistrada Martha C. Martínez Guarneros.
Amén de interpretaciones y periodos de notificaciones y alegatos, hay una posibilidad grande de que el asunto no se resuelva antes del arranque de las campañas municipales, el 24 de mayo, y que Morena se vea obligado a iniciar proselitismo sin candidata, o peor aún, que deba cambiar de candidata sobre la marcha, cual la suerte de jaripeo Paso de la muerte.
Intentos de cicatrizar las heridas del proceso interno han habido. Durán ya comenzó a acercarse con las partes, cual marca el canon de la política para sumar a los que no se vieron favorecidos. Pero con quien no ha logrado acercarse y va a encontrar su Waterloo es con Río de la Loza.
Rodrigo Reina, del PRI, y Alfredo Oropeza, del Frente por el Estado de México, esperan candidata para afinar estrategias. La clase empresarial y las organizaciones vecinales, que en Naucalpan tienen un gran linaje y peso político, como la de Satélite, también urgen saber con quién tienen que reunirse, a quién acercarse para invitar a un debate, a quién deben pasarle los rayos X para saber si puede gobernar su municipio.
El atorón, sin embargo, apenas empieza. Morena en Naucalpan y Patricia Durán andan de un hilo, y todo por esa inestable costumbre de mandar al diablo a todas las instituciones.