Pese a su sensacional victoria sobre Aníbal en la batalla de Zama, Escipión el Africano se granjeó en Roma muchos enemigos que impulsaron contra él un proceso por corrupción.
La cosa era grave. Había pruebas de corrupción por su parte, de meter mano al erario y de tropelías sin fin. Escuchó en silencio una lista de acusaciones, de las cuales la más pequeña hubiera bastado para su ajusticiamiento o tal vez le hubieran dejado que se suicidara; ni siquiera intentó disculparse o negarlo, porque era imposible.
Desde luego, la corrupción y el saqueo, aprovechándose de los cargos públicos en Roma, no era nada nuevo en la política de aquellos tiempos; Escipión acabó en el exilio sin la gloria que había dado a Roma.
En México, guardadas las proporciones, Ricardo Anaya resistió todos los embates, pero su pasado lo condenó. Acusado de los moches que generaron actos de corrupción y sendas notas que tocaban el tema fueron minimizadas, hasta que “fuego amigo” llevó información de una sofisticada red de lavado de dinero.
El dardo envenenado surtió efecto, sus aliados respondieron tarde, en lugar de unirse tomaron la opción primera de cambiarlo (la traición no paga en política) “Roma no paga traidores” y así Anaya fue víctima de lo que hizo, denostó a sus rivales, a algunos los obligó a salir del PAN y ahora son sus detractores más acérrimos.
Se quedó solo y sin puentes, la única respuesta de su abogado Fernández de Ceballos fue mentarle la madre a la PGR. Se les acabó el poder, ahora van a sentir lo que los panistas hacían, negociar la ley. La estrategia del PAN es pésima les pasó lo mismo con Josefina, en el Estado de México, cuando acusaron a sus hermanos de lavado de dinero, respondieron tarde y el resultado fue de ir del primer lugar en las encuestas a quedar en cuarto lugar, se les olvidó la máxima “ante la acusación de un delito no lo politices” porque lo enredas más.
Al ir a la PGR (pésima estrategia) e ingresar un escrito pasa de testigo a indiciado y al negarse al declarar cayó redondito, ya tiene conocimiento de que hay una imputación y en caso de amparo es notorio que el MP le sugirió declarar y nadie puede negarse a declarar, el amparo sería improcedente.
“Es fuego amigo en pueblo chico, chisme grande”, le aplicaron a Anaya una sopa de su propio chocolate. El PRI descarrilará al PAN al tercer lugar y de ahí tratará de alcanzar a AMLO cerrando la elección (porque el PRI cerrará la elección), si Morena no opera. En las últimas dos elecciones solo cubrió en la primera el 70% de las casillas, en la pasada bajo solo el 66% y es obvio que perderá la elección.
La guerra subirá de intensidad, desgastará más al PAN y Anaya terminará como Escipión en el Exilio. El PRI tiene todos los medios y está buscando la Presidencia de la República. En palabras de Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.
Por José Oscar Valdez
Doctor en Derecho