Desde que Ricardo Anaya le cerró las puertas en el PAN a Margarita Zavaloa, fue clara su decisión de poner en manos de los ciudadanos su intención de conducir al país. Arrancó ciento treinta y tres días de intenso trabajo en equipo, acompañada de cientos de ciudadanas y ciudadanos en todo el país, con la meta de reunir firmas de apoyo. Por plazas, calles, avenidas, centros comerciales, módulos y mercados, de uno en uno, más de un millón de personas dijeron sí a su candidatura, emergiendo como la única candidata del pueblo.
Vamos bien mi alma, diría mi abuela. Un millón de personas superan por mucho a los militantes del PAN, y a los asistentes a los eventos de precampaña de los candidatos de los partidos. No es un dato menor, y coloca a Margarita en un nivel de competitividad suficiente para ganar la elección del primero de julio. Por eso no es extraño que tras el anuncio del INE de que cumplió debidamente la etapa de apoyo ciudadano, los partidos se hayan estresado.
Se percibe gran nerviosismo en la coalición Por México al Frente, pues quienes controlan al PAN saben de sobra el peso de Margarita en las preferencias electorales, de esa fuerza y capacidad que fingieron ignorar, y será su fortaleza para alcanzar y rebasar hasta al actual puntero.
Anaya debe estar muy contrariado, no se salió con la suya de sacarla de la contienda, y es esperable que le niegue el voto el panismo zavalista, que nunca estuvo de acuerdo en cómo la trató ni con los modos y mañas con que se adueñó de la candidatura; igual hasta dos dígitos de votación se inclinarán a favor de la candidata ciudadana. El miedo no anda en burro, y es comprensible, que no justificable, la artimaña de su nuevo vocero y estratega, Jorge Castañeda, arremetiendo contra un esfuerzo genuino con el argumento de supuestas irregularidades. Ya se olvidó de la diplomacia, es irreverente al cuestionar que Margarita esté en la boleta. Ninguna trampa, ningún pacto, pura decisión ciudadana.
Cuando se hacen bien las cosas, no se teme llegar al fondo, y una exhaustiva revisión con el INE ha dejado claro que sólo 425 firmas fueron simuladas por cuatro auxiliares, quienes pronto enfrentarán una denuncia.
El procedimiento para recabar firmas fue complicado, y después de una minuciosa revisión, ella está en la boleta, celebrando un gran logro ciudadano que nada tiene que ver con el agandalle de Anaya, la autoimposición de López, ni el dedazo de Meade. Margarita es candidata por el rechazo generalizado hacia los partidos de quienes han dejado clara su capacidad de llevarla hasta la Presidencia. Vamos bien mi alma, confirmaría mi abuela.
Diacrítico: Está dado el primer paso, vamos por el que sigue, alcanzar a los candidatos y partidos de siempre, y los va a rebasar, más no por la derecha o la izquierda, será por el amplio carril ciudadano, que va libre.