El presidente de Francia ha abierto las puertas a la industria de la moda, ya que sabe el beneficio económico que trae consigo apostar a este mercado
Francia es la cuna de la moda. Posicionada mundialmente como punta de lanza en esta materia en todo lo referente con la industria, desde producción, diseño, creatividad y mercadotecnia. De las cuatro semanas de la moda más importantes del mundo, Londres, Milán, Nueva York y París, esta última es en donde exponen más diseñadores internacionales. Según el Instituto de Moda Francés, Francia produce 13 billones de dólares al año solamente en la industria de la moda, lo cual produce un promedio de un millón de empleos, solamente París Fashion Week (PFW) trae una derrama económica de 1.2 billones de euros a la economía del país.
Así que bien vale la pena los escándalos de celebridades, largas filas en los restaurantes de moda y los parques llenos de paparazzi en esta semana, pues Fashion Week resulta un negocio lucrativo para Francia.
Emmanuel Macron lo sabe, por lo que este año, en el marco de PFW, hizo una cena en los Elíseos, invitando a 100 personas del mundo de la moda internacional, entre los cuales se encontraban Anna Wintour, Christian Louboutin, Jean Paul Gaultier, Elie Saab, Sarah Burton, diseñadora para Alexander McQueen, entre otros invitados.
El mensaje de Macron fue muy sencillo: “Escojan a Francia”, y dijo que su deseo es que creadores de todo el mundo consideren ir a su país a desarrollarse en la industria de la moda, prometió que les hará el trabajo fácil y los apoyará para que tengan éxito.
Brigitte, su esposa, es amante de la moda, casi siempre viste de Louis Vuitton y, en otras temporadas, se le ha visto sentada en la primera fila de los desfiles apoyando la moda francesa.
Muy importante el mensaje de Macron, en un momento difícil y de crisis para FWNY con varios diseñadores desertando de la plataforma para irse a exponer a París como Thom Browne, Proenza Schouler, Rodarte, Altuzarra y, próximamente, Alexander Wang, los motivos: París les ofrece una propuesta de expansión de negocios y de internacionalizar su marca, que Nueva York, no; exponiéndolos a las personas que mueven los hilos de la industria, a los periodistas, compradores y clientes que ayudarán a su marca a globalizarse.
Esta es la primera vez que un presidente de Francia abre las puertas de la casa residencial a la gente de la industria de la moda y que los apoya públicamente.
Los franceses siempre se han tomado muy en serio la industria de la moda sobre todo por su beneficio económico, a diferencia de EU y México, que seguimos viendo la moda como un tema banal, social y frívolo.
No es coincidencia que este año también sea la primera vez que un miembro de la familia real acuda a un desfile de modas, como lo hizo la reina Elizabeth en Londres. Es buen momento para que los políticos volteen a ver la industria de la moda y potencialicen las ganancias de apostarle a este mercado, que lejos de ser frívolo, puede echar a andar la economía de un país y hasta volverse un destino turístico de moda.
Por Brenda Jaet