Los candidatos presidenciales están quemando sus naves. Modificaron sus estrategias y están por concluir los ajustes en sus cuartos de guerra. Se han tomado el tiempo para reclutar a los gladiadores y las amazonas que estarán en el frente de la madre de todas las batallas.
Andrés Manuel, Ricardo y José Antonio usaron la intercampaña para supervisar, palomear y apretar tuercas en sus equipos, en las dirigencias de sus partidos y en las listas de los miles de candidatos que competirán el 1 de julio.
Pero en esta danza de nombres y cargos, ninguno quedó exento de tropiezos y críticas.
El caso más sonado fue la nominación de Napoleón Gómez Urrutia como candidato de Morena al Senado. No sólo por el oscuro pasado de este señor (que ni es líder y ni es minero), sino porque ni siquiera la gente más cercana a AMLO estaba enterada.
Hay quienes incluso piensan que este Napoleón podría convertirse en el Waterloo de Andrés Manuel. El tabasqueño quedó mal parado, tanto que el tema se convirtió en oro molido para sus opositores, aunque, para muchos, AMLO podría decir: ¡La Presidencia bien vale un Napito!
Lo que también es un verdadero escándalo (en el círculo rojo o mejor dicho en el círculo azul) es la cascada de renuncias en el PAN, antes y después de la designación de Anaya como candidato.
Nunca en la historia del partido se había registrado una desbandada como la que provocó el joven maravilla. No por el número, sino por los personajes.
Los únicos dos expresidentes de la República que tiene el PAN están “fuera” del partido, igual que sus ex dirigentes nacionales, uno de ellos, Germán Martínez, recientemente se convirtió en admirador…, perdón, seguidor de AMLO.
Del lado de Meade la crítica más recurrente es que su campaña no prende. Para muestra está el tercer lugar en las encuestas. También la falta de coordinación en su cuarto de guerra, la lejanía con los priistas base y las renuncias de algunos priistas.
A diferencia de los otros dos, el candidato del PRI salió a responder a esos señalamientos, como lo hizo en la reunión del pasado miércoles con directivos, colaboradores y columnistas de El Heraldo de México.
Reconoció que se cometieron errores, como mantener su spot navideño hasta del Día de la Candelaria, por ejemplo.
También, aunque no lo dijo, la aparente lejanía con el priismo es algo que le pegó en la precampaña, razón por la designó a priistas de rancio abolengo como sus coordinadores regionales, entre ellos a Miguel Osorio, Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes, entre otros.
Está por verse si estos ajustes y los nuevos fichajes, alcanza a los tres principales candidatos para alzarse con el triunfo en la elección más competida de la historia reciente en México.
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Y como dice el filósofo…. Nomeacuerdo: “La gestión es hacer las cosas bien; el liderazgo es hacer las cosas correctas”.