Fue hace cuatro meses que la constructora Mota-Engil México inauguró un nuevo mecanismo de financiación que le está abriendo la puerta a millonarios recursos para la construcción y desarrollo de grandes proyectos de infraestructura. En aquel momento, la firma de origen portugués lanzó al mercado mexicano bonos por cerca de dos mil millones de pesos, pero lo novedoso del caso fue que se trató de la primera bursatilización de un proyecto de infraestructura —en este caso la rehabilitación de la carretera Coatzacoalcos Villahermosa— que incorpora riesgo de construcción. Este solo hecho representó un parteaguas, y abre la puerta a una miríada de recursos que podrían obtenerse en el futuro —amparados por la Ley de Asociaciones Público Privadas—, para desarrollar mega obras en México.
Mucha gente se pregunta cómo se podrá financiar el desarrollo de los grandes proyectos de infraestructura que se requerirán para el desarrollo del país en el futuro. Esa es una respuesta, y es una fortuna que así sea porque estos nuevos mecanismos dispersan riesgos y allegan rendimiento a los inversionistas. En este caso, el Gobierno de México solo pagará la contraprestación correspondiente cuando esté totalmente terminado cada tramo carretero y auditada la obra por un supervisor independiente. ¿Qué implica este mecanismo? Adiós a las feas escenas en las que una obra queda inconclusa porque el gobierno se demoró en pagar. En este caso el financiamiento ya llegó, y se facilitarán tanto el desarrollo como el pago. Todo transparente.
La financiación de infraestructura está floreciendo con diferentes mecanismos en el país. Recuérdese, por ejemplo, que el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) está siendo financiado con la bursatilización de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) futura, a través de bursatilizaciones que fueron tomadas por inversores internacionales con gran apetito. Es posible que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes quiera ver este tipo de innovaciones en el futuro, conforme se sigan asignando contratos, toda vez que las grandes corporaciones —como Mota-Engil— tienen no solo el tamaño global, sino también la sofisticación legal y de ingeniería financiera para estructurar con relativa facilidad estos mecanismos de vanguardia. Mota-Engil está en 28 países y participa en 280 empresas alrededor del planeta.
AMLO APLAUSOS A PEÑA
Pues ya empezó el recule. Ahora resulta que a los asesores de AMLO sí les gusta la incursión de la iniciativa privada internacional en el sector energético. Que sí le gustan los contratos asignados por la reforma energética del presidente Peña Nieto y que no ven nada malo en ellos. Ya solo falta que AMLO aparezca en un vídeo aplaudiendo, y que sus seguidores vayan al psiquiatra tras las mutantes posturas de Morena.
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Viernes 17 de Enero de 2025