Violencia política, made in México

Los mexicanos tienen muchas virtudes, son grandes anfitriones, hospitalarios y muy buenos amigos, pero uno de sus grandes defectos es que son de gatillo fácil.

 

Así nos describía hace unos años un amigo y periodista chileno que trabajó temporalmente en la Ciudad de México.

 

Otro periodista gringo se decía sorprendido por ver en “periódicos serios” y de información general fotografías a todo color de hombres decapitados o aquella noticia del derrumbe de un helicóptero de la policía con un lanzacohetes.

 

No daban crédito a lo que se publicaba todos los días en los diarios nacionales.

 

Les sorprendía la violencia y la saña con la que se ajustan cuentas en México en todos los ámbitos. Pero la cosa no ha cambiado en lo más mínimo. Por el contrario, vamos de mal en peor.

 

Si revisamos las estadísticas de las últimas dos décadas, 2017 fue el año más violento en cuanto a homicidios dolosos. La política no quedó exenta de ese fenómeno.

 

Tal y como lo publicamos en las páginas de El Heraldo de México, en lo que va del actual proceso electoral se ha registrado un récord histórico en ataques a políticos: 83, de los cuales 54 fueron asesinados.

 

Más allá de la cifra y la estadística, algo que llama la atención es que el mayor número de agresiones las recibieron candidatos a presidentes municipales o ex alcaldes con aspiraciones a otros cargos.

 

En la mayoría de los casos fueron ataques del crimen organizado, porque ven en esas autoridades el eslabón más débil para construir extensos círculos de protección que favorezcan el desarrollo y expansión de sus actividades delictivas.

 

De acuerdo con la empresa Etellekt, responsable del estudio, un factor que disparó este fenómeno fue haber juntado tantas elecciones en una misma fecha.

 

Eso motivó no sólo agitar rivalidades políticas al mismo tiempo, sino un natural reacomodo de las bandas del crimen organizado que buscan protección y ayuda en todos los estados y municipios.

 

Con base en análisis de prospectiva, Etellekt anticipa nuevos picos de violencia en el ámbito local conforme terminen los procesos de selección de cada partido y el registro definitivo de sus candidatos y que las agresiones se trasladen a otro tipo de candidaturas sobre todo en zonas de alta violencia política.

 

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Y a propósito de disputas y agresiones, lo que hemos visto en los últimos días es una guerra de encuestas entre los precandidatos presidenciales.

 

Ayer la empresa Mendoza Blanco y Asociados publicó un sondeo que coloca a Andrés Manuel López Obrador y a Ricardo Anaya en un virtual empate. 
A la pregunta sobre intención de voto, AMLO tuvo un 30%, seguido de Anaya con 26% y José Antonio Meade con 16%. Jaime Rodríguez “El Bronco” obtuvo 2% y Margarita Zavala 3%.

 

Así es como cierran las precampañas e inician 45 días de “veda” en los que los suspirantes podrán apretar y hacer ajustes en sus estrategias y equipos de trabajo que, por lo visto, les hace falta.

 

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “La violencia es el último recurso del incompetente”