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El IMSS, enfermo de sus cálculos

OPINIÓN

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Un caso que hemos seguido y seguiremos en este espacio de las malas decisiones tomadas en las Delegaciones del IMSS en los estados de México, Querétaro y Jalisco es el de las licitaciones correspondientes a consumibles de cómputo, mismas que han llevado a pagar un sobre costo de al menos 40 millones de pesos al organismo que a nivel nacional dirige Tuffic Miguel Ortega. Y es que resulta que en las licitaciones LA-019GYR028-E277-2017, LA-019GYR075-E248-2017, LA-019GYR002-E737-2017 y 019GYR060-E209-2017, para la adquisición de tóners, las cuales se efectuaron en los meses de diciembre y enero pasados, se solicitaron características que sólo una marca podía cumplir, pues exigían al menos 65 por ciento de contenido nacional y que el producto fuera fabricado en el país. En este caso se trata de la marca Lexmark, que aquí lleva Isaac Bessudo Grinstein. De acuerdo con información pública, la Delegación Estado de México Oriente que encabeza Fernando Luis Olimón, compró tóners marca Lexmark a un costo total de 69 millones 862 mil 500 pesos, cuando de haber adquirido un producto internacional se hubiera gastado aproximadamente 51 millones 750 mil pesos; es decir, 18 millones de pesos menos. De igual forma, en la Delegación Jalisco se pagaron 47 millones de pesos por el mismo producto y marca, cuando una oferta internacional hubiera costado 30 millones de pesos, con lo que podría haber ahorrado 17 millones de pesos. Mientras que la UMAE CMNO Jalisco comprometió un presupuesto de tres millones 792 mil 96 pesos en la compra de los mismos tóners Lexmark, cuando tenía propuesta económica de producto internacional por un costo de dos millones 589 mil pesos, lo que significaba un millón de pesos menos. Esta situación se repitió en la Delegación de Querétaro que adquirió el producto a poco más de 10 millones de pesos a pesar de contar con oferta de bienes internacionales por la cantidad de cuatro millones 976 mil 100 pesos, es decir, compró 101 por ciento más caro o el equivalente a cinco millones de pesos más. En definitiva estas decisiones costaron alrededor de 42 millones de pesos más al IMSS, un gasto millonario para el Instituto en perjuicio de los derechohabientes, pues pudieron haberse destinado a adquirir otros productos como medicamentos. El beneficio por supuesto fue para los proveedores como Grupo Barolvher, Valmar Digitalmicro y TCA Empresarial., firmas que ofrecieron tóners marca Lexmark y ganaron las licitaciones cuyas bases eran casi idénticas. Se imagina usted ¿para cuánto medicamento y atención a los derechohabientes hubiera alcanzado con 42 millones de pesos si las delegaciones hubieran planeado y permitido que varios fabricantes ofertaran sus bienes? Una pregunta que lleva no sólo a la reflexión e intervención de Tuffic Miguel Ortega y su equipo cercano, sino a la investigación de los órganos fiscalizadores que a la fecha y pese a las inconformidades ante el OIC, de Marco Antonio Andrade, no han dado muestras de poner ojo en dichos procesos licitatorios.