Abusar no es competir

LA COFECE ENTRA A LA CANCHA DEL PACTO DE CABALLEROS, PARA SUPERVISAR SU COMPRAVENTA DE JUGADORES

Estimado fan del futbol mexicano, año tras año disfrutas de tu espectáculo favorito, que es el resultado de muchas decisiones de la gente que opera en la FMF y en los clubes agremiados. Pero ¿qué hay detrás de todo? ¿Cuáles son los hilos que mueven a estas figuras sobre el tapete verde? El tema clave aquí es el manejo de contratos de los jugadores que admiras, los que no siempre se celebran de una manera justa ni mucho menos transparente. Es por eso que la Cofece, Comisión Federal de Competencia Económica, aparece en escena, para revisar que estas contrataciones se realicen de manera legal y no atenten la libre competencia con sus acostumbradas formas de transferir a los futbolistas. La libre competencia es una situación en donde cualquier persona o empresa es libre de participar en una determinada actividad económica, ya sea como vendedor o como comprador. Cuando existe libre competencia, las empresas o personas son libres de entrar o salir de un mercado, y de fijar sus precios para los productos que venden. Pero cuando los competidores se ponen de acuerdo para pactar precios y obligaciones a favor, establecen también una práctica monopólica absoluta, que es un delito ante la Ley Federal de Competencia Económica. El llamado de forma eufemística pacto de caballeros es una práctica monopólica absoluta, porque los vendedores determinan unilateralmente sobre activos humanos, los jugadores, tratados como mercancías para ficharlos o no, según les convenga. Acuerdan el futuro de estos profesionales, que están fuera de estas decisiones sobre su actividad laboral, lo que atenta también a la Ley Federal del Trabajo. La FIFA prohíbe que sus agremiados, clubes o personas, acudan a tribunales civiles para tratar sus conflictos laborales, pero en ningún otro país como en México se violan los derechos de los trabajadores de una forma tan flagrante. Los directivos disfrazados de caballeros se autocondecoraron como tales y tienen la última palabra en cada transacción. Los disidentes son algo así como excomulgados para que no se vuelvan a contratar en un bendito club mexicano. La Cofece encontró indicios de prácticas monopólicas en los últimos drafts o tianguis de piernas, por lo que se inició una pesquisa que puede durar años. “Esta investigación sienta un precedente de que este tipo de conductas van a ser investigadas por la comisión, derivado de un monitoreo constante. El 29 de junio del 2018 iniciamos esta investigación”, informó Sergio López, titular de la Cofece. La FIFA, de manera milagrosa, ha desatendido la problemática mexicana de transferencias y es posible que el nuevo organigrama de la FMF haya llamado a la Cofece para, como lo hace ahora el máximo organismo futbolístico, comenzar a limpiar la casa de transas y abusos. Porque en el deporte como en cualquier ámbito económico, abusar no es competir.

Por HÉCTOR QUISPE

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