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La final del inframundo

la suspensión del último partido de la copa libertadores 2018 debe dejar serias lecciones a méxico y al planeta

OPINIÓN

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Estimado fan, la violencia en el deporte y en todos los ámbitos es corresponsabilidad de todos. Está en tus manos poner de tu parte para erradicarla de lo que más quieres, desde tu hogar y con tu familia. La malograda Final de la Copa Libertadores tiene que dejar enseñanza. #Conste Será en terreno neutral y no se trata de una solución completa. Ayer se confirmó que en el Estadio Santiago Bernabéu, la casa del Real Madrid, se disputará la definición de un título que ya quedó marcado para la historia de lo desagradable. Las razones para no dejar vacante el trono de la edición son de naturaleza económica: se debe indemnizar a todos los patrocinadores y televisoras que pagaron por adelantado. Ahora bien, el negocio en el futbol es vital porque genera los recursos, pero no puede ser el condicionador de todo. Una absurda publicidad pregonó el evento como: La Final del Mundo. Desde este naming, simbólicamente se pudo regar el germen de la violencia. ¿Por qué tanta pompa? Los enclenques estrategas detrás de la promoción evidencian aquí, de manera soberbia, que en Argentina se juega el mejor futbol de todo el planeta; una equivocación tremenda, porque se trata de una competición exclusiva de Sudamérica, además de que este deporte con mejor organización e infraestructura se juega en Europa desde hace décadas. Ese enunciado literal, y aparentemente inofensivo, es, de entrada, excluyente y discriminatorio. Como decir simbólicamente que el balompié de otros países es inferior y se debe “matar o morir”, connotación violenta. El sociólogo argentino Nicolás Cabrera va directo al punto: la sociedad culpa a las barras porque es más fácil. Investigador profundo de la violencia en el futbol, argumenta que las barras son sólo una parte del problema: “Para encarar este fenómeno hay que redistribuir responsabilidades”. Entonces queda preguntar: ¿cuántos conflictos los ocasionan las barras y cuántos los aficionados comunes? En México se cree que se arregla el problema si no entran las barras visitantes. Ahora el conflicto fue de los barristas locales. El 17 de abril de 2017, el hincha de Belgrano, Emanuel Balbo, murió en un escenario donde sólo hubo hinchas de su equipo. Fue golpeado y arrojado al vacío desde una tribuna del estadio. La violencia no surge de la nada ni nace en las barras. Hay una corresponsabilidad: la educación familiar, los cuerpos de seguridad y los mensajes que dan las autoridades de gobierno, los dirigentes del deporte, los deportistas y los informadores. Es un error referirse al futbol como una metáfora bélica. El futbol no es una guerra ni perder es morir. También juega la impunidad, como uso y costumbre. No hay políticas públicas para el deporte en Argentina... ni en México. Menuda tarea para los gobernantes que vienen. La realidad entre ambos países es distinta, pero paralela.  

Por HÉCTOR QUISPE

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