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Voto electrónico, lo que viene

OPINIÓN

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  Ya idea de implementar en México el sufragio electrónico para sustituir lo oneroso del INE, es ya un planteamiento que han hecho varias organizaciones y legisladores, con la idea de implementar este tipo de votación en México que es, además de menos costosa, auditable en todos sentidos.   Con un esquema de este tipo se hace el registro de los votantes de manera más rápida y precisa, se acelera la autenticación del votante, se presente el secreto del voto, y se hace el almacenamiento, conteo y transmisión de votos 100% seguro con tecnología innovadora que ya se utiliza en muchos otros países.   Entre las ventajas de un esquema de este tipo, como lo propuso el presidente del Movimiento Nacional por la Esperanza, René Bejarano, son: los votos se contabilizan más rápido de lo normal y esto ahorra tiempo de muchas personas que tendrían que estar en las mesas electorales.   Para la persona que vota, le es mucho más fácil votar electrónicamente, es decir, por Internet, que votar con papeles. Y como los votos son contabilizados por una computadora, se conocen los resultados de las elecciones al momento. Esta es la mayor ventaja del voto electrónico.   En este esquema el Estado tiene que invertir en la tecnología para poder lograr una correcta votación electrónica y no tendría que erogar gastos para el personal que estará en las mesas electorales, y la organización de las elecciones aumentaría debido a la implementación de las urnas electrónicas.   Pero este tipo de votación también tiene desventajas pues como todo dispositivo tecnológico puede fallar. Alemania, por ejemplo, no está de acuerdo con este tipo de votación porque sostiene la palabra de que no hay personas reales o con conocimientos suficientes para contabilizar los votos. Esta puede ser una desventaja significativa.   Lamentablemente, como siempre, habrá personas buscando vulnerabilidades en el sistema para poder modificar los datos de las elecciones. Es decir, que el sistema deberá poseer muchísima seguridad frente al público en general.   El problema es que si hay fraude electoral debido a alguna persona que modificó los datos, nadie lo sabrá. Entonces, el pueblo tendrá a un gobernante que realmente no ganó, sino que lo impusieron.   Tendrían que operar ingenieros altamente calificados para que no se infiltren datos de la votación, o para que no haya fallos. Es decir, que estas pocas personas sabias dentro del mundo informático, deberán estar pendientes de las elecciones en cuanto a cubrir cualquier fallo que pueda ocurrir en la parte tecnológica.   Si bien se ahorraría mucho con respecto al INE, cuyo costo presupuestario en las pasadas elecciones fue de 17 mil 426.4 millones de pesos; el del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tres mil 893.2 millones de pesos, y el de los partidos políticos seis mil 702.9 millones de pesos -sin incluir el financiamiento para candidaturas independientes-.   Según la empresa Integralia, el proceso electoral de 2018, tuvo un costo final de 28 mil 022.5 millones de pesos, lo que hace una de esta contienda electoral que acaba de terminar, una de las más cara de la historia de nuestro país. La moneda está en el aire y la propuesta del nuevo gobierno, aprovechando “las benditas redes” puede encaminarse hacia sustituir los procedimientos del INE por la votación electrónica.  

On the record *** Dicen, los que saben, que el 1 de diciembre, una vez que asuma la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador hará muchos más anuncios para su programa de gobierno y también anunciará varias iniciativas que conllevarán reformas a leyes o más sondeos de la población. Uno de esos anuncios será, sin duda, que a partir de diciembre se instalarán más de siete mil centros de atención para los habitantes que serán beneficiarios de los programas sociales del gobierno, y es ahí donde se entregarán  las tarjetas de Bienestar para dar inicio a la implementación de la política social anunciada por López Obrador. Ya veremos. 

 

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