Gobernar desde Twitter

Desde que surgió la plataforma de comunicación llamada Twitter (140 caracteres en principio, y ahora 280 para algunas cuentas) se ha convertido en una herramienta para gobernar. Algunos jefes de Estado y de Gobierno, la utilizan permanentemente para difundir políticas públicas o ideas resumidas para la sociedad, otros las usan para otros fines, como en el caso de Donald Trump. El mal uso de Twitter, ni promueve el debate, ni profundiza en los temas, al final se convierte en un mensaje superficial que puede tener efectos muy profundos que no generan beneficio alguno. Es un instrumento de comunicación que mal utilizado desincentiva el debate, volviéndose una herramienta dictatorial que sólo dicta sus intereses a la población. Sin disposición a comunicar verdaderamente y atender a otras opiniones, Twitter, en vez de integrar, puede llegar a aislar, como ocurre también con el mal uso de otras redes sociales. En nuestra joven democracia mexicana ya comienza a ser usado por nuestros gobernantes, que lo utilizan en algunos casos para descalificar e insultar a los que consideran sus adversarios. Un gobernante que se precie de ser demócrata y que haya llegado por esta vía al poder, lo debería utilizar para abonar a la reconciliación y hacer más ágil su comunicación con la ciudadanía. Sus mensajes no deberán ser utilizados para deleitar o regocijar a sus seguidores, teniendo en cuenta que ejercen sus cargos para todos y no sólo para su base electoral. Gobernar es escuchar y comunicarse sin distinción de aplaudidores y detractores. Estas nuevas herramientas deben fomentar la interacción entre el gobierno y el ciudadano, generando cercanía y haciendo más asequible la información gubernamental. Cuando se utilizan con mensajes para descalificar a quien no coincide con sus políticas o hechos de gobierno provocan una violencia verbal que divide a la sociedad y llega a transformarse en violencia física. Twitter es una herramienta que agiliza la comunicación de un gobierno, sus mensajes deben difundir políticas públicas y notificaciones oficiales, acercando, no dividiendo. La comunicación gubernamental no debe basarse exclusivamente en el uso de las redes sociales, la función pública es una tarea en la que debe prevalecer el aspecto humano, la tecnología es sólo un apoyo. Está muy claro que éstas ya son parte de la comunicación cotidiana, pero no pueden ser la única vía para difundir el quehacer gubernamental. El buen uso de las redes nos permitirá hacerlas más democráticas, abriendo paso a información verdadera, contra la difusión de las llamadas fake news. Hoy, los gobiernos y sus titulares buscan la mejor forma de adaptarse a ésta cada vez menos nueva realidad, siendo la mejor vía el estrechar la cercanía con los ciudadanos. El mal uso de las redes sociales, y concretamente de Twitter, jamás ha hecho mejor a un gobernante, lo podemos constatar al norte de nuestra frontera.  

Ramiro Pineda

Analista político