Cuando la cadena CNN tiene que recurrir a un juicio para que el Presidente de EU regrese su pase de prensa a la Casa Blanca a su reporteto, quiere decir que algo anda y huele mal en el país de las libertades y mucho más allá de sus fronteras donde presidentes de Estado cada vez tienen menos pudor en censurar a medios de comunicación.
A la lista de enemigos de la prensa se suma un creciente número de jefes de Estado encabezados por Donald Trump en abierta y combativa postura contra la prensa como un símbolo del regreso del autoritarismo que se respira en el siglo XXI.
Este viernes el juez federal estadounidense, Timothy J. Kelly tendrá que decidir si la Casa Blanca puede prohibir o no el ingreso del periodista Jim Acosta para tener acceso de primera mano a la información del Ejecutivo. La ética de Kelly ha sido respaldada por la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA), pero a Trump lo incomodó con sus preguntas que calificó de "estúpidas".
Siguiendo la estrategia de la descalificación, el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, llamó al diario Folha de San Pablo "prensa basura" y amenazó con cerrarle la publicidad institucional por comporte de "forma indigna"después de que el medio documentó el uso ilícito de Whatsapp para la propaganda electoral y noticias falsas por parte del equipo del derechista.
El boliviano Evo Morales fue todavía más lejos y con una nueva ley impuso a partir del pasado 1 de septiembre a todas las radios, canales de televisión, periódicos, revistas y portales de noticias la obligación de publicar avisos electorales y de gobierno de manera gratuita a pesar de las crisis financieras por las que atraviesan los medios.
Venezuela empezó antes con la censura del papel desde que al difunto Chávez le molestaba la crítica que ya veía venir la terrible crisis financiera que hoy vive el país sudamericano. Con Nicolás Maduro, la situación empeoró: más de 50 periódicos han quedado fuera de circulación en los últimos años.
El cinismo contra los medios desfavorables ha llegado a tal punto que el vicecanciller de Nicaragua, Valdrack Jaentschke, en entrevista con Voz de América, reconoció que ordenó el cierre de al menos 4 canales de televisión porque "informaban mentiras y decían que había 'decenas de estudiantes muertos' en las calles" durante los disturbios de mayo pasado, donde sí hubo asesinatos.
En Europa, un tribunal turco encarceló y acusó de terrorismo al corresponsal del diario alemán Die Welt, Deniz Yücel por informar sobre unos correos pirateados al ministro Energía en los que quedaba en evidencia la creación de cuentas falsas para manipular a medios de comunicación.
Los Estados saben que en la Era de la Información la mejor manera de informar es sobreinformar y en adelante la selección de noticias falsas que ejercen los medios más serios serían el enemigo a vencer; desacreditarlos es el siguiente paso.
*Periodista