Hoy que escribo estas líneas, estamos a menos de un mes para que se concluya la transición de poder entre Peña Nieto y López Obrador. Al día de hoy nadie en la presente administración parece rendir cuentas sobre el estado en el que entregarán el país al próximo presidente en materia de seguridad. La última reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública que es la instancia que aglutina a los gobernadores, secretarios de seguridad pública, procuradores y los principales responsables de la seguridad en materia federal, se sucederá previo al cambio de poderes y los responsables federales guardan un silencio sepulcral.
En este marco de cero transparencia y rendición de cuentas del gobierno saliente, identifico tres políticas que tendrán continuidad en el gobierno de la 4T en relación a lo “hecho” por Peña Nieto y al menos una política de los gobiernos panistas. Explico: en abril de 2013 en su tierra natal, el Estado de México, Peña Nieto prometió reducir los niveles de violencia y afirmó “si materializamos y hacemos realidad las distintas acciones encaminadas a la prevención y logramos una efectiva, real y comprometida coordinación, se reducirán los índices de criminalidad y se logrará un México de paz”. Primera política que no cambiará con López Obrador es el ofrecimiento de paz, lo hizo Peña, lo repite Obrador, agregando su llamado a la reconciliación sin entender el profundo nivel de impunidad e injusticia que se vive en el país.
La segunda política de continuidad se anida en la propuesta de las tareas que realizará la Secretaría de Seguridad Ciudadana y Protección Civil, proponer al Consejo Nacional de Seguridad Pública las políticas y lineamientos en materia de carrera policial, el programa rector de la profesionalización de la policía, entre otros. Nada nuevo, sólo en el marco de la “reorganización administrativa”, la política de seguridad pública será más de lo mismo.
Y la tercera es la permanencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública incluyendo la vigencia de la Ley de Seguridad Interior sobre la cual López Obrador evade pronunciarse. De acuerdo con el proyecto de decreto, la SSyPC auxiliará a las autoridades federales, estatales y municipales que soliciten apoyo, en el marco del SNSP, lo que confirma que los convenios de colaboración que hoy están vigentes entre Segob-Sedena-Semar y las autoridades estatales para el despliegue de las Fuerzas Armadas será más de lo mismo y seguro con el mismo resultado, porque se parte de los mismos supuestos de operación y coordinación entre los diferentes niveles de gobierno. El modelo para el uso y permanencia de las Fuerzas Armadas será la Guardia Nacional, la cual indicó le tomará tres años para concretar. Por consiguiente, avanzará la militarización de la policía impactando negativamente la democracia y el estado de derecho.
Apunte final: En la oficina de la Presidencia del presidente electo estarán como consejeros en materia de seguridad Manuel Mondragón y Kalb, Loretta Ortiz y Alejandro Gertz Manero. Pregunta: ¿Alguno de éstos será el nuevo secretario técnico de Seguridad Nacional? ¿O en la 4T esta figura quedará subordinada también a la seguridad pública?.
EX SECRETARIA TE?CNICA DE SEGURIDAD NACIONAL