Una pareja joven está besándose en un sillón, de pronto, deciden levantarse y se dirigen al dormitorio. Alguien los espía desde fuera de la casa e ingresa por la entrada del patio trasero, abre un cajón y saca un cuchillo. Nosotros vemos la acción desde su punto de vista. Camina por la cocina y llega a la sala. Sube a la segunda planta y se coloca una máscara; al fondo de un cuarto, nota a una mujer desnuda peinándose frente al espejo. Se acerca, sube la mano y al estar cerca de ella, comienza a acuchillarla. El piso se llena de sangre y se dirige hacia la puerta principal. Un auto se estaciona frente a la calle y un matrimonio baja del coche y corre hacia él. La cámara cambia de toma y vemos que el asesino es un niño que se quita la máscara y está disfrazado como un payaso. Así es como se presenta a un personaje icónico.
Michael Myers se ha convertido en un estandarte del villano de terror perfecto: indestructible, caótico y sin alma. Sin embargo, fueron durante las primeras dos cintas de Halloween (1978-1981) que su director John Carpenter, sentó las bases del cine de terror de las últimas cuatro décadas.
EL REY DE LOS SLASHERS
Existe una leyenda urbana, quizá la más famosa de todas, sobre un hombre que acecha a una niñera marcando al teléfono de la casa. Después de varias llamadas, ella, asustada, habla con la policía quien le avisa que la persona que le ha marcado está en el piso de arriba. Esta historia fue la materia prima para Halloween, una de las primeras cintas de terror enfocada en y para adolescentes.
Si bien para finales de los 70 ya habíamos conocido Psicosis, La masacre de Texas o Black Christmas, la diferencia entre estas cintas y la tercera obra de John Carpenter, fue el antagonista: Michael Myers, un hombre que era pura maldad.
Myers, cuya inspiración fue un niño que Carpenter conoció en un hospital psiquiátrico, es una fuerza intratable, la representación diabólico de un ser que no tiene escrúpulos y carece de un motivo para deambular entre casas suburbanas y degollar pubertos sexualmente activos.
Su gigantesca fisionomía, su máscara de William Shatner, uniforme de mecánico, cuchillo en mano y aparente inmortalidad, constituyeron la piedra angular que formó los clichés necesarios para que en los siguientes años, el género slasher surgiera como el más popular dentro del universo de terror cinematográfico. Sin Myers ni Carpenter no hubiéramos conocido a Jason, Freddy Krueger, Scream o Chucky.
LOS CLICHÉS DEL TERROR
Además de colocar a Michael Myers en el Olimpo de los villanos del cine, Halloween también es trascendente por delimitar la narrativa del cine de horror.
A diferencia de otros géneros, el terror es una expresión directa de un momento y espacio específico de la humanidad: angustia de la entreguerra del Expresionismo Alemán; monstruos clásicos de Universal al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
MÁS DEL FILME
- El director de la versión de 2018 fue David Gordon Green.
- Según la historia, el personaje de Michael Myers mide dos metros.
Por JOSUÉ CORRO
@JOSUE_CORRO