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Incertidumbres latinoamericanas

El retroceso en los avances logrados por las emergentes clases medias en los años pasados también es motivo de preocupación

OPINIÓN

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A las puertas de 2019 y pasado el ecuador del intenso ciclo electoral en que está inmersa América Latina, la región enfrenta serios desafíos que condicionarán su futuro inmediato. Esto genera muchas incertidumbres que cruzan el continente de norte a sur y de este a oeste, y si bien básicamente éstas son políticas, también afectan el desempeño económico y la cohesión social de sus países. Muy pronto Andrés Manuel López Obrador será presidente de México. Llega al cargo con gran respaldo social y suficientes mayorías parlamentarias. Treinta días después, salvo sorpresa inesperada, Jair Bolsonaro asumirá como presidente de Brasil. Y si bien uno y el otro están en las antípodas políticas, ambos encarnan fuertes deseos de impulsar un cambio radical con el orden previamente imperante. Otra cosa es que puedan concretar sus proyectos. Sin embargo, en ningún caso hay suficientes certezas como para saber a que atenernos en los meses venideros, que a ciencia cierta nos depararán muchas sorpresas. Algunos comicios del año próximo serán decisivos en el rumbo de sus países. ¿Logrará Mauricio Macri domar a la bestia de la crisis económica y la inflación de modo de mantener el respaldo popular necesario para garantizar su reelección? En ese caso la política argentina podría decir que se encamina en dirección a una nueva etapa, incluyendo una profunda reconversión del peronismo, algo hasta ahora inédito. Bolivia y Uruguay son ejemplo de gobiernos largos. Evo Morales, en el poder desde 2006, busca un cuarto mandato, pese a la prohibición constitucional y al triunfo del No a la reelección en el plebiscito de febrero de 2016. El Frente Amplio gobierna desde 2004 y ha conocido dos presidencias de Tabaré Vázquez (alternas) y una de José Mujica. Si bien se trata de dos trayectorias exitosas, una de izquierda democrática y otra de raíz bolivariana, deberán enfrentar el agotamiento de sus proyectos y el cansancio de buena parte de la población. El desgobierno, la hiperinflación y el desabastecimiento siguen golpeando a Venezuela. Sus autoridades, sumidas en una clara deriva autoritaria, se aferran a sus poltronas como única garantía de supervivencia. De ahí la cuestión de si en 2019 se verá el final de su larga crisis. De ser así, ¿qué ocurrirá con Nicaragua? La tragedia de estos dos países y el drama centroamericano han puesto la cuestión migratoria en el centro de la agenda política regional, aunque las medidas concertadas colectivamente siguen siendo escasas. En un ambiente de creciente desafección con la democracia, la corrupción y la inseguridad seguirán siendo dos de los problemas más importantes de América Latina, junto con un débil crecimiento económico. El retroceso en los avances logrados por las emergentes clases medias en los años pasados también es motivo de preocupación. Las respuestas que den o intenten dar los gobiernos y las elites dirigentes serán vitales para determinar el rumbo de cada país y de la región en su conjunto. De momento, y salvo escasas excepciones, frente a la polarización creciente de la ciudadanía predominan los fuegos de artificio.

*Investigador del Real Instituto Elcano.