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Bernardo González Rosas: Por un sistema financiero sano, estable y en crecimiento

OPINIÓN

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Si uno considera lo ocurrido en los últimos 90 años en el sector bancario, no es poco; han existido épocas de crecimiento y de desaceleración, de auge y de crisis, de nacionalización y posterior privatización de la banca, de transformación de una banca de capital nacional a una más internacionalizada; todos, periodos de contrastes. Así, vale la pena revisar los avances y retos a partir de cinco principios para el adecuado desempeño del sistema financiero: estabilidad, competencia, inclusión, integridad e innovación. Respecto a estabilidad, el sector debe contar con recursos necesarios para hacer frente a sus obligaciones mientras cumple el objetivo de canalizar recursos. Para medirlo utilizamos, entre otros, el índice de capitalización y el coeficiente de liquidez, mismos que se encuentran por encima del mínimo regulatorio (15.9% y 199% en agosto de 2018, respectivamente) y se comparan favorablemente con estándares internacionales; incluso frente a economías más avanzadas. Se ha alcanzado esa estabilidad sin sacrificar de más el crecimiento. Esto se ha logrado en parte con mayor competencia, teniendo más participantes. Hoy hay 50 bancos operando, siete más que en 2012. Esto se refleja en una oferta más amplia y en un crecimiento en la cartera. México cuenta con los niveles más altos de cartera de crédito total de los últimos 36 años. El saldo de crédito total, a pesos constantes prácticamente se duplicó, esto implica que por cada 100 pesos que se otorgaban en México hace 10 años, hoy se otorgan casi 190 pesos. Este crecimiento de la cartera se ha dado de manera responsable, pues el índice de morosidad (2.18% en agosto 2018) es el más bajo de los últimos 12 años para ese mismo mes. Se busca que el sistema financiero sea incluyente, es decir, que todos los mexicanos, sin distinción alguna, sean partícipes de los beneficios del sistema financiero. Un indicador para medir inclusión es el número de adultos con al menos un producto financiero. Entre 2012 y 2015, éste pasó de cinco de cada 10 con al menos un producto, a casi siete de cada 10. Afectaciones a la integridad ocurren cuando dinero de procedencia ilícita entra al sistema. En materia de prevención de lavado de dinero (PLD) hay fortalezas, señaladas por el Grupo de Acción Financiera Internacional, destacan: el modelo de PLD basado en riesgos, el proceso de certificación de oficiales de cumplimiento y un marco regulatorio actualizado. Finalmente, está la innovación. Hemos visto una oleada de modelos de negocio disruptivos que prometen un sistema más incluyente. Sin embargo, el uso de nuevas tecnologías también representa nuevos riesgos. Dada la relevancia de atender los riesgos y para aprovechar los múltiples beneficios de las nuevas tecnologías, se aprobó la Ley Fintech, un avance en la modernización del sistema financiero y que da certeza a un innovador segmento de nuestra economía. La banca mexicana se ha probado en escenarios de calma, de volatilidad y de incertidumbre. Los retos no son sencillos, pero si se trabaja con absoluta responsabilidad se podrá contar con un sector estable, competitivo, íntegro, incluyente e innovador. Éste es el mejor legado para la siguiente generación de mexicanos.  

Bernardo González Rosas

PRESIDENTE DE LA COMISIÓN NACIONAL BANCARIA Y DE VALORES