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Fernando Octavio Hernández Sánchez: 'El insólito regreso de Mahathir'

El flamante primer ministro ocupa el cargo que ya detentó entre 1981 y 2003, prometiendo impulsar el desarrollo de Malasia

OPINIÓN

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En mayo pasado, Mahathir Mohammad ganó las elecciones en Malasia: Con 93 años cumplidos, el líder de origen malayo es uno de los gobernantes en activo de mayor edad, si bien aún posee gran determinación y lucidez. El flamante primer ministro ocupa el cargo que ya detentó entre 1981 y 2003, prometiendo impulsar el desarrollo de Malasia para que el país vuelva a “rugir como un tigre” tras años de estancamiento y corrupción, luego de que Najib Razak, su antecesor en el cargo, se viera involucrado en un escándalo por lavado de dinero. Poco conocido en México, Mahathir es un personaje muy popular en Malasia y ampliamente respetado entre los círculos oficiales de Asia oriental, pues suele considerársele como uno de los mayores defensores de la integración regional, si bien también es un personaje poco apreciado en Washington por su postura en contra de la guerra global contra el terrorismo y sus críticas a los programas de rescate financiero amparados por el FMI, los cuales rechazó aplicar en su país, tras la crisis asiática de 1997 por considerarlos lesivos a la economía malasia. En el plano interno, Mahathir destacó por impulsar la industrialización del país al posicionar a Petronas como la empresa petrolera de clase mundial que es hoy, la cual no sólo es productora de petróleo crudo sino que también ha destacado en sectores como la petroquímica y que hoy está presente en México gracias a la Reforma Energética. Mahathir también promovió la incursión de Malasia en los sectores de la electrónica y la informática, además de ser el creador de Proton, la compañía automotriz nacional de Malasia, venciendo las críticas de quienes consideraron tal proyecto como una extravagancia contraria al principio de las ventajas comparativas. En el plano internacional, Mahathir se ha distinguido por ser uno de los principales promotores del acercamiento entre los países del sureste asiático con China, venciendo la reticencia de algunos de sus colegas quienes percibían al gigante asiático como una amenaza para la región; para Mahathir, el fortalecimiento de China resultaba inevitable por lo que consideraba preferible aprovechar las oportunidades comerciales derivadas del crecimiento de aquella nación, por lo que, desde comienzos de la década de 1990, tal personaje promovió la negociación de una serie de acuerdos con Beijing favorables a ambas partes. Al asumir su segundo mandato, Mahathir considera que Malasia debe enderezar el rumbo eliminando la corrupción –ya ordenó el encarcelamiento de Najib Razak– e impulsando un desarrollo más equitativo para todos sus habitantes, además de mostrarse dispuesto a revisar la actual relación con China, pues si bien aún considera a tal país como un socio estratégico para Malasia no asume que Kuala Lumpur deba acatar la voluntad de Beijing.  

Fernando Octavio Hernández Sánchez

*Coordinador académico de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México