CNTE vs. AMLO

Los líderes están furiosos y no descansarán hasta echar abajo la Reforma Educativa

Faltan 46 días para que Andrés Manuel López Obrador proteste como presidente de México y mucho más temprano de lo que sospechábamos rompió lanzas con la disidencia magisterial de la CNTE. Era de esperarse, la intransigencia ha sido la principal característica desde el nacimiento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Los dirigentes de la disidencia magisterial entendieron muy bien el juego perverso del poder y del dinero en México. El control de una parte del magisterio les dio poder político; el poder político se traduce en dinero y el dinero sirve para mantener el control de las bases. Entre más control, más poder, más dinero y así sucesivamente. Lo que no sabemos es si los cálculos del Presidente electo incluían un sometimiento de la CNTE o una posición moderada, menos radical. Quienes lo creyeron así se equivocaron por una sencilla razón: los líderes de la coordinadora saben que el día que moderen sus demandas será el principio de su fin. El negocio está en mantener la postura radical frente al gobierno. Fue el ex presidente Ernesto Zedillo quien comenzó el proceso de descentralización educativa, a mediados de los años 90. Un gobernador panista de entonces se quejaba de que el gobierno federal les traspasaba la responsabilidad, pero no el presupuesto. Los gobiernos locales reforzaron sus secretarías o institutos estatales de educación y con el tiempo desarrollaron complicidades con el magisterio. El gobernador pagaba la nómina de maestros, aviadores y autorizaba plazas en contubernio con los líderes a cambio de controlar al magisterio. Con la Reforma Educativa de Peña Nieto la autorización de la nómina magisterial volvió al control federal y, en teoría, se puso freno a todos los vicios. Las plazas dejaron de venderse y heredarse. Por eso los líderes están furiosos y no descansarán hasta echar abajo la Reforma Educativa y recuperar sus privilegios. Por eso apoyaron a quien abanderó su causa. Maestros de la polarización y la radicalización, lo primero que hizo la CNTE, luego del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, fue poner en duda si el próximo gobierno dinamitará la Reforma Educativa en los términos que ellos quieren. Y lo primero que quieren es que el control de la nómina regrese a los gobernadores y recuperar así sus canonjías. El Presidente electo no parece dispuesto a ceder. Tal vez sepa que si cede ahora, le tomarán la medida. A ver. BON APPÉTIT: El PRD está en etapa terminal, según algunos. Tras la desastrosa alianza con Ricardo Anaya, en medio de las luchas intestinas y las deudas que ponen en duda su supervivencia, los dirigentes del PRD comienzan a voltear hacia atrás para buscar culpables. ¡Y señalan a AMLO por haberles heredado la multa de 120 millones que les impuso el INE por no reportar gastos de la campaña presidencial de 2012! ¿Se quejan seis años después? Seriedad señores, por favor.  

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