La "prostitución" de los partidos

Dos mujeres ataviadas con minifaldas, pequeñas blusas, labios rojos y cabellos largos, pelean a grito limpio. Una grita a otra que es una "PT". Otra replica: ¿Ah, sí? Pues tú eres una PVEM. La escena de este cartón firmado en El Heraldo de México por Alarcón sucede en una banqueta, bajo un farol de calle. Las siglas del intercambio de insultos son las mismas de los partidos del Trabajo y Verde Ecologista de México, ambos considerados "pequeños" por el tamaño de su militancia y su margen de votación en elecciones federales. Después de su publicación la caricatura no despertó críticas en redes sociales, en los lectores comunes del Heraldo. Pocos días más tarde, el diario recibió una carta firmada por las representantes de las áreas de mujeres e igualdad de género de los nueve partidos nacionales, en rechazo al cartón, que consideraban "representa de manera sexista a las mujeres". Aseguraban que el monero trascendió la libertad de expresión, porque "estas expresiones basadas en los estereotipos de género son contrarias al ideal democrático de la igualdad". Él respondió con otra carta, alegando que el mensaje de su dibujo iba "a los partidos pequeños, que ofrecen sus alianzas al mejor postor", que quienes le parecían machistas eran las firmantes, al sentirse ofendidas por el look de sus dibujos porque "se supone que en realidad todas las mujeres deberían tener el derecho de vestirse como quieran". Durante varios días pensé en el asunto. Pregunté su opinión a muchos de mis amigos, más y menos enterados de política. Algunos no lo entendieron porque no conocen las siglas de los partidos, otros pensaron que era un humor fácil, que refuerza el estereotipo de las mujeres como gritonas, o que denigra el trabajo legal de las prostitutas. Unos más dijeron que ellas resultaban discriminadas, puestas como “malas”, o fueron más allá, con el criterio de que “las prostitutas no tienen la culpa de lo mal que están los partidos”. La mayoría, aun las más feministas de las víctimas de mi encuesta amateur, coincidió en algo que también opino: el cartón puede ser debatible desde muchos puntos de vista, pero no muestra a todas las mujeres del mundo como prostitutas. A partir de ahí creo que el debate abre una buena oportunidad para preguntarnos si es válido en una sociedad que se precia de buscar lo incluyente, continuar una línea discursiva que pretende una rápida comprensión, usando como principal herramienta estética el estereotipo. ¿Todos los narcos deben ser representados como hombres? ¿Los pobres con piel morena? ¿Las prostitutas como mujeres? Lamento que el debate sobre el uso de este estereotipo anulase el de fondo: la facilidad con que los partidos en México cambian de aliados, como si se tratase de ropa interior. Y celebro que tengamos espacios públicos donde reflexionar en común estos temas trascendentes, que nos incumben a todos.