PVEM, primeros pasos; Morena, tarde en Naucalpan

No sólo en Chiapas el Verde está queriendo dar clase de autosuficiencia; en el Edomex, también levantaron la mano. Como no se veía en un cuarto de siglo, prácticamente desde su creación, el Partido Verde va a caminar solo en las elecciones municipales de este año, y dicen que más de un precandidato del PRI a alcalde, como Pablo Peralta, se dio de santos al enterarse que no contarán con ese plus que, por discreto que haya sido en estos 25 años, vaya que ayuda en una elección tan cerrada como la que se avecina. Desde 1993, cuando el PVEM postuló a Natalia Escudero como candidata a la gubernatura –en aquella elección que ganó Emilio Chuayffet–, el Verde se ha casado en cada proceso electoral ya sea con el PAN o con el PRI para, primero, lograr conservar el registro estatal como partido político y, después, para arañar curules locales y federales, y algunas alcaldías, en una entidad donde no lo habría logrado por sí solo. Y por primera vez desde entonces, el partido decidió contender solo a nivel municipal (a contracorriente de lo que ocurrirá en la elección presidencial, donde sí apoyarán a Meade), debido a que quieren ver de qué están hechos, según se lee entre líneas en un comunicado que circuló hace dos días, en el que dicen que tienen “capital ideológico y humano para trazar un cambio sustancial en la política” del Edomex. Su alianza, dicen, hoy es con la sociedad. La decisión la tomó el actual dirigente de ese partido, José Alberto Couttolenc Buentello, prácticamente desde el día que rindió protesta en el cargo. En septiembre pasado, dos días antes del terremoto, Couttolenc, casi como arenga, ofreció reivindicarle prestigio al partido, impulsando candidatos propios y formando sus cuadros. Apuesta temeraria y encomiable, para una fuerza política que ha vivido de los demás hasta ahora. Al tiempo, se verá. Pero una de las viudas de esta decisión es Pablo Peralta, hijo de uno de los desarrolladores inmobiliarios más cuestionados en Huixquilucan, y quien busca esa alcaldía por el PRI. Cuentan que Pablo no sabía hasta hace una semana (aunque el resto de la clase política ya se estaba enterada) que iría sin el Verde, partido que aportó mil 506 votos en la elección municipal de 2015, que ganó Enrique Vargas. Nada despreciables para nadie. Vaya oso. Tarde, pero sin sueño Alianzas, coaliciones parciales, precandidatos rebeldes haciendo ruido y demás tienen el proceso de relevo en Naucalpan al rojo vivo. Sin embargo, Morena aún no ha definido a su candidata (por la cuota de género, la nominación en ese municipio corresponde a una mujer). Parecen hacerle demasiado caso al Tlatoani del sureste, quien suele decir que su movimiento va sin prisa, pero sin pausa. El atorón sigue siendo la presión de los Durán y de Manuel Espino para nominar a Patricia Durán. Miembros del Movimiento Juvenil de Morena han repudiado públicamente la postulación. Es conocido lo voluntarioso del tabasqueño, pero también se sabe que dice consultar a las asambleas. Vía de mientras, la precampañas se le está yendo de largo. Y a diferencia de la elección presidencial, que dicen que va a ganar “ya sabes quién”, en Naucalpan, de su candidata, aún “no saben quién”.