Paola González-Rubio: Los pendientes del nuevo modelo educativo

El 16 de enero, el nuevo Secretario de Educación, Otto Granados, lideró la primera reunión de evaluación de avances del nuevo modelo educativo, primera porque en ella anunció que dada la prioridad de la implementación del nuevo modelo, estos encuentros serán semanales (SEP, 2018). El equipo presente en dicha reunión, que fue abierta a la prensa, mencionó que 95 de las 112 acciones especificadas en la Ruta de Implementación del nuevo modelo ya fueron llevadas a cabo. Principalmente, se habló de la formación de más de medio millón de docentes a través de distintos talleres, diplomados o cursos; la reorganización de los planes y pro- gramas de estudio; el desarrollo de los libros de texto correspondientes a estos; el desarrollo y entrega de guías de los nuevos planes para cada docente; y el diseño del curso en línea para formar a docentes, directores, asesores técnico pedagógicos (ATP) y supervisores en los nuevos planes y programas. También se habló de las prioridades para los próximos meses, como fortalecer la formación de maestros y supervisores en los nuevos planes y programas. Además de la formación en línea y las guías a entregar, la estrategia de la SEP para lograrlo consiste también en aprovechar los Consejos Técnicos Escolares (CTE) con seis sesiones en lo que resta del ciclo escolar en turno y una fase intensiva de dos semanas al principio del nuevo ciclo en agosto. La formación de docentes, directores, ATP y supervisores debe ser la principal prioridad de las autoridades educativas, tanto a nivel federal como local, para lograr una implementación efectiva del nuevo modelo. Son ellos quienes llevarán a las escuelas y a las aulas los cambios esperados. Lograr esto requerirá de espacios efectivos para la reflexión y el aprendizaje profesional, así como acompañamiento consisten- te. Sin embargo, no podemos saber actualmente en qué consiste el curso en línea, y tampoco sabemos si los directores, supervisores y ATP cuentan con el apoyo necesario para poder dar seguimiento a sus docentes en la implementación. Es preciso que las autoridades federal y estatales expliquen con más detalle cómo apoyarán a cada maestro a lo largo del año. Por otra parte, el nuevo modelo exige un funcionamiento escolar mucho más participativo: toma de decisiones incluyendo a toda la comunidad escolar, enfoque en rendición de cuentas, y desarrollo de habilidades participativas de las y los alumnos y sus familias. De nuevo, sin espacios de formación que den herramientas para cambiar prácticas a nivel escuela, será casi imposible que estas exigencias aterricen en los centros escolares con toda la comunidad escolar. Debemos dar seguimiento a la estrategia de formación, tanto de los docentes, como de los demás miembros de la comunidad escolar, para asegurar que ellos, los agentes de cambio a nivel escolar, tienen el compromiso y las capacidades para aterrizar en las aulas los cambios necesarios para lograr los beneficios que el nuevo modelo promete.  
INVESTIGADORA EN MEXICANOS PRIMERO