La mayor potencia del mundo, con responsabilidades globales cerró al menos temporalmente su gobierno por el equivalente de una riña doméstica.
Con la llegada de Donald Trump al poder hace un año sobre una plataforma de "Estados Unidos primero", el hegemón mundial pareció comenzar no sólo a enfocarse en prioridades domésticas, sino a encerrarse cada vez más en sus luchas internas.
Pero es señal de otro tipo de problemas. El cierre de gobierno, tan relativamente breve como fue en comparación a otras veces, puso énfasis en una tendencia que no pocos lamentan en lo interno.
"Domésticamente, nuestro sistema de toma de decisiones se ha encerrado en un foco destructivo orientado hacia dentro. El énfasis se encuentra en una interminable lucha política por sí misma", señaló un memorando interno republicano reproducido por Axios, de información y análisis político, en torno a los desacuerdos entre demócratas y republicanos, sobre las prioridades presupuestales.
En esta ocasión, en términos simples, los republicanos acusaron a los demócratas de presionar para que el gobierno del presidente Trump resuelva el problema de los soñadores –hijos de indocumentados criados en Estados Unidos–, mientras los demócratas acusan a sus adversarios de cambiar las metas cada vez que hay una concesión demócrata.
En términos reales, el cierre temporal de gobierno y las expresiones de dureza no son, sino una forma de satisfacer a sus respectivas bases políticas. Pero al margen de esa situación, el hecho es de que las polémicas internas de Estados Unidos se han convertido en su principal problema. "Nuestros enemigos no nos lo hacen. Todo es producto de nuestras propias decisiones", consignó el memorando, que hace hincapié en que "el mundo post-Segunda Guerra Mundial en que hemos vivido por siete décadas fue creado en gran parte –y ciertamente sostenido y defendido– por el poder estadounidense...
"Desde 2001 no hemos experimentado casi nada, sino fracasos en el extranjero, muchos de ellos verdaderamente grandes y permanentes. Y nuestro poder relativo –el poder para impulsar y proteger– encoge mientras crece el de otros países". Para muchos se trata del paso del tiempo y el ciclo natural de imperios y potencias: después de todo, EU fue una nación expansionista en el siglo XIX, se convirtió en el país hegemónico mundial en el siglo XX. Ahora tratan de mantener el bienestar alcanzado.
Las implicaciones son enormes. El retiro estadounidense del Acuerdo de París sobre cambio climático, su decisión de formalizar la salida de la UNESCO, su creciente enfoque en asuntos domésticos deja un vacío en temas como la promoción de derechos humanos, libertades civiles o democracia.
Ahora la gran pregunta es hasta qué grado se puede contar con Estados Unidos como socio o como aliado. Hoy por hoy, de acuerdo con una encuesta revelada el lunes, no hay confianza en el gobierno estadounidense ni dentro ni fuera del país.