Cuando me preguntan por qué tenemos una Ley Electoral tan compleja, abigarrada y restrictiva, mi respuesta ha sido: “Por la desconfianza”. Los actores políticos desconfían sobre el respeto a la ley de los demás actores y por lo tanto es necesario establecer candados que obliguen a la autoridad a impedir y restringir cualquier acción que facilite abusar y ganar aviesamente una elección. Lamentablemente, esta semana los hallazgos del INE demuestran que sigue habiendo razones para desconfiar.
A decir de las autoridades electorales, sólo en la revisión de los apoyos ciudadanos de los aspirantes a una diputación federal, al menos 24 de los 65 que completaron las firmas pretendieron engañar a la autoridad presentando identificaciones distintas a la electoral y, peor, con credenciales falsas, pero con datos correctos de algún elector, que podría ser usted o yo, pero sin foto, huella y/o firma.
El daño está hecho en muchos sentidos. Quienes creían que la vía independiente podría ser una alternativa a “los políticos de siempre”, hoy tienen razones para dudar; aquellos que hicieron o están haciendo bien su recolección de firmas, serán observados a través del lente de la desconfianza; los que ya fueron atrapados en la trampa dirán que todo ocurrió sin su consentimiento. En suma, la figura de los independientes ha sido lastimada por abusadores que quisieron estar en la boleta sin contar con el apoyo. “Es una burla a la ciudadanía”, dice el presidente del INE, pero también es una burla a nuestra democracia que por más que se empeña, topa con estos comportamientos cuando se busca abrir espacios de participación política.
Paralelamente a estas noticias, el INE insiste en que los aspirantes a las candidaturas independientes y los precandidatos en campa- ñas, siguen siendo omisos, al menos parcialmente, en la presentación de sus reportes de ingresos y egresos. Pareciera que otra vez se busca dificultar las tareas de fiscalización de la autoridad electoral. En todo caso, en medio del río revuelto, todos los actores se pronuncian buscando llevar agua a su molino. Algunos atacan al rival de ocultar gastos; otros acusan a los aspirantes presidenciales de formar parte del fraude de las credenciales y algunos más presentan quejas y denuncias ante el INE. Una vez más la autoridad electoral estará en medio.
Desde el punto de vista legal. el INE ha dicho que su revisión permitirá asegurar que quienes estén en la boleta, cuenten con el apoyo real y bien verificado. De hecho, con la investigación ya realizada, parece evidente que por lo menos 22 aspirantes ya no serían registrados, aunque se les otorgará su derecho de audiencia. En todo caso quien tiene una altísima responsabilidad es la Fepade, quien deberá determinar si existieron delitos, puesto que se utilizaron datos del padrón y se falsificaron documentos. Todo apunta hacia allá, pero las autoridades en su conjunto deberán determinar si aquellos que incurrieron en estas faltas, pero que tienen suficientes firmas correctamente obtenidas, pueden ser registrados como candidatos por el INE, dada la gravedad del engaño.
DECANO ASOCIADO DE LA ESCUELA DE GOBIERNO DEL ITESM.