Cuando termine su mandato, el presidente Enrique Peña Nieto se retirará de la política, dijo al finalizar la semana pasada. Peña, como otros que estuvieron en su lugar, ha decidido que después de la presidencia, no hay nada qué hacer por la política de su país. “Aunque la tarea no está acabada”, reconoció. Pues no: este país todavía tiene a la mitad de la población en la pobreza y está al final del índice de transparencia entre las 35 naciones que forman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico. Piensa que después de semejante responsabilidad al frente de México, ya nada está a la altura. Qué triste. Quizá, Peña obtenga el mismo lugar que sus antecesores en la memoria y el aprecio de este pueblo golpeado. Él verá a qué se dedica, se va a reinventar, dice.
Las reformas estructurales –principalmente educación y energía– servirán para contar la historia de este sexenio. Y depende de quién sea el narrador, esas reformas serán el paradigma de un gran cambio positivo, o el ejemplo de todo lo que ha salido mal. Sin embargo, sin importar los bandos, pocos podrán eludir la gran derrota que hasta el momento ha significado la lucha contra la corrupción, la podredumbre de México. Hasta ahora, el Sistema Nacional Anticorrupción es poco más que un chiste.
Ah, pero Peña se va. Y cuando se vaya cerrará la puerta, lo dará por terminado, muy al estilo de los presidentes estadounidenses. En cambio, en otras naciones los ex presidentes son consejeros, gurús, senadores. De todas formas, vale preguntarse por qué el presidente decidió hacer este anuncio cuando le falta poco menos que año y medio de gobierno; casi el 20% de su mandato. ¿También él, junto con la mayoría de la población que desaprueba su gestión (así lo dicen las encuestas de popularidad) está contando el tiempo para que esto se acabe? Difícil de creer que sea eso. Así es que… ¿qué trama el presidente? No se le escapó, no fue casualidad: se lo dijo a más de un medio el mismo día. Así de sencillo.
OJO CON ESTO:
Sin dar el brazo a torcer, Andrés Manuel López Obrador le envió un mensaje claro a Ricardo Monreal, el gran ausente de acto de MORENA de este fin de semana: “No todo son candidaturas. ¿Que no va a haber un director de Pemex, un director de la CFE, un responsable de garantizar la salud?”. Monreal quiere ser candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, porque ese es un camino claro hacia la candidatura presidencial; cosa que ya no sucederá, al menos en ese partido. Pero, tal vez, AMLO le esté abriendo una puerta a un puesto nada menor. ¿Aceptará el delegado de la Cuauhtémoc un camino alterno al que se habría trazado para sí mismo?
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Miércoles 15 de Enero de 2025