Este fin de semana el tema no fue la designación del #FiscalCarnal ni la no designación de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, sino el reacomodo de fuerzas rumbo a 2018. En los siguientes días veremos quién va a jugar con quién en la sucesión presidencial.
El PRI invadió al PAN para fortalecer al calderonismo: cinco senadores hicieron posible que la presidencia de la mesa directiva de la Cámara alta queda en manos de una propuesta diferente a la de Ricardo Anaya. Ernesto Cordero y otros cuatro legisladores cercanos a Felipe Calderón han decidido jugársela a favor de José Antonio Meade, amigos desde que estudiaron en el ITAM, quien fue parte del grupo calderonista en el pasado sexenio; aunque aún suena en los pasillos de Los Pinos que el favorito es Aurelio Nuño.
Además, el PRI le dio alas al morenovallismo para que se convierta en una potencial escisión del panismo, para dañar una eventual candidatura de Anaya. Javier Lozano, hasta hace unos días secretario general del gobierno de Puebla, volvió al Senado directo a jugarle las contras a la presidencia de su partido y asumió el liderazgo de la pequeña oposición interna. Anaya iniciará una cacería de brujas: va por la cabeza de los senadores calderonistas que le apostaron al tricolor.
En la Cámara de Diputados, sin embargo, PAN jugó con Movimiento Ciudadano de Dante Delgado; el PRD de Alejandra Barrales, y Morena de Andrés Manuel, en contra del PRI para dejar fuera de la presidencia de la mesa directiva, al menos por el momento, a Jorge Ramírez Marín, quien además tiene la intención de ser gobernador en Yucatán. La próxima semana el partido del sol define si participa en un Frente Amplio Democrático, mientras MC mantiene abierta su invitación a concretar un Frente Ciudadano por México. La diferencia entre uno y otro es que en Movimiento Ciudadano se busca a un prospecto ciudadano y no de los partidos políticos.
Pero el factor desestabilizador se llama Morena, pues Andrés Manuel demostró otra vez que no es un hombre de fiar porque a Ricardo Monreal, su compañero y cómplice de batallas electorales y políticas de los últimos 20 años, le acaba de dar una estocada que lo dejó fuera por ese partido del proceso de sucesión por la jefatura de Gobierno de la ciudad de México. En el PRD también pasaron cosas.
El movimiento de Izquierda Democrática Nacional (IDN) que encabezan Dolores Padierna, coordinadora del sol en el Senado, así como su esposo René Bejarano, ha decidido reencontrarse con Andrés Manuel para impulsar su candidatura.
En los últimos meses Bejarano recorrió el país y amplió la fuerza de IDN en el Movimiento por la Esperanza. Sin embargo, la corriente de Héctor Bautista, ADN, también del partido del sol, está cerca del PRI de Peña Nieto, quien sigue siendo el gran elector, al mantener una fuerte injerencia en los dos principales partidos de oposición.
En los siguientes días veremos quién va a jugar con quién en la sucesión presidencial.