Este viernes es clave para la XXII Asamblea Nacional del PRI, porque es el día que dieron de plazo las corrientes críticas a su dirigencia para que les informen si sus propuestas serán incluidas o no en el proyecto para modificar los estatutos del tricolor.
En caso de que la respuesta no llegue o sea en sentido negativo, me dijo uno de los integrantes de la corriente Alianza Generacional, existe el riesgo de que alrededor de dos mil delegados se retiren de las mesas que arrancan el 9 de agosto en Campeche.
Para neutralizar cualquier posibilidad de conflicto, Enrique Ochoa ha realizado una serie de encuentros con diferentes grupos y corrientes. Lo cierto es que hasta ayer por la noche no había una respuesta.
No sólo eso, ninguno de los cinco presidentes de las mesas de trabajo (Programa de Acción, Estatutos, Declaración de Principios, Visión de Futuro, Rendición de Cuentas y Ética) tenía en sus manos los documento base, los proyectos de dictamen que llevarán a cada sede.
Legalmente nadie incurre en una falta, pero entre más se tarden más crecerá la presión dentro y fuera del tricolor, porque sólo faltan cinco días para iniciar.
Por otro lado, ya empezaron los reclamos porque algunos grupos sienten que en el PRI “están siendo muy selectivos” en la designación de los consejeros que participarán en cada mesa.
Y no es para menos, las corrientes no se han movido un ápice en sus propuestas.
Las corrientes de Ivonne Ortega, Encarnación Alfaro, Ulises Ruiz y César Augusto Santiago mantienen la demanda de que la Asamblea apruebe que el método para elegir al candidato o candidata a la Presidencia sea por consulta a la base.
También insisten en que, con base en la figura de candidatos externos, que existe en los estatutos, haya "piso parejo" para los militantes, eliminando o disminuyendo los requisitos de apoyos necesarios para participar en procesos internos.
Con todo y todo, los grupos disidentes y hasta el presidente de una mesa de trabajo dan por hecho que no habrá cambios sustantivos en los documentos básicos.
Los primeros ven eso como un agravio y por eso dejaron abierta la posibilidad de no acudir a la Asamblea.
Del lado oficial, dicen que la intención del CEN no es “calmar” a sus militantes. Tampoco están cerrados a modificar estatutos, siempre y cuando los proyectos estén alineados a la estrategia.
Y a propósito de propuestas, una que les hizo ruido, pero que no está del todo descartada es la de Manlio Fabio Beltrones, en la que plantea gobiernos de coalición y la eliminación de los famosos candados.
Por ideas no paran los priistas. Lo que falta son las coincidencias.
Unos quieren la unidad basada en el respeto de todas las posiciones y otros que se sumen a una estrategia que se ha concebido desde Los Pinos, vía la dirigencia del tricolor.
Este es el juego de las vencidas que estamos presenciando.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Para ganar una batalla a veces es necesario perderla.”
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