En días recientes Apple presentó los resultados de su tercer trimestre fiscal. Sus ganancias fueron de 8,717 millones de dólares, lo que representa un crecimiento de 11.8% en relación al mismo periodo del año anterior y sus ventas totales sumaron 45,410 mdd, es decir, 7% más que lo conseguido en el mismo lapso de 2016.
Con tales números, la utilidad por acción creció 17% y el valor de capitalización de la compañía fundada por Steve Jobs se situó hace un par de días en 782,000 mdd.
Si los países estuviesen a la venta y se pudiesen adquirir tal y como ocurre en el juego del Monopoly, cifrando su valor a partir de su Producto Interno Bruto (PIB), Apple podría comprar Argentina (PIB 541.7 mdd) y quedarse con 300,000 mdd de capital, comprar los Países Bajos (PIB 773.9 mdd) y quedar descapitalizado o dar una amortización de alrededor de 75% del PIB de México (1,046 bdd) y esperar que las ventas del iPhone 8 sean tan colosales como lo han sido las del iPhone 7, para concluir con su deuda en unos cinco años.
Por supuesto, se trata de un ejercicio ocioso, de una proyección idiota que, sin embargo, sirve para poner de relieve el tamaño del gigante de Cupertino si se le compara con las economías de algunas naciones.
El crecimiento de Apple en los últimos años ha sido vertiginoso. En noviembre de 2014, la compañía alcanzó un valor de mercado de 700,000 mdd, es decir, en menos de tres años se ha incrementado 10.48%. En contraste, y ya que estamos haciendo proyecciones idiotas, habría que decir que en 2014 el PIB de México era de 1,298 bdd, la cifra más grande de su historia, tras lo cual ha iniciado un descenso sostenido: en menos de tres años ha caído 19.41%, y pese a que la calificadora Fitch Ratings ayer elevó la nota de México en cuanto a riesgo crediticio de negativa a estable, y Standard & Poors hizo lo propio en otro rubro hace poco más de dos semanas, sin dejar de mencionar la notable apreciación del peso frente al dólar de los últimos meses, el fondo del tobogán no se vislumbra.
Por supuesto, en todo esto la caída de los precios del petróleo, la disminución en la producción de crudo y el agotamiento de los yacimientos existentes tiene mucho que ver, como también la nominación como candidato y la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, quien hace unos días presumió en un tweet el nuevo récord alcanzado por el mercado accionario, que el pasado 1 de agosto sobrepasó los 22,000 puntos. Algo en lo que, por cierto, incidieron notablemente los resultados presentados por Apple.
Así las cosas, dado el crecimiento sostenido que experimenta Apple y el descenso en el valor de economía de México, quizá sería mejor esperar unos cuantos años, unos cinco o seis más o menos, para ver en qué momento el valor de la compañía que encabeza Tim Cook alcanza y supera el PIB nacional.
Sólo por curiosidad, por ocio, por nada.
O simplemente por hacer una proyección muy idiota.
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