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Luis Landa Fournais: ¿Y qué sigue con Venezuela?

OPINIÓN

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Es un hecho que Nicolás Maduro va a caer y que Leopoldo López subirá al poder en poco tiempo. Es un hecho que la economía venezolana se encuentra en un estado de destrucción similar al de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial.  Es un hecho que Venezuela debe transformarse en una economía de libre mercado. ¿Qué significa esto para México? En el corto plazo… más de lo mismo. En términos de comercio internacional, este ha colapsado. Las exportaciones mexicanas alcanzaron su máximo de USD 2,332 millones en 2007 y su mínimo de USD 600 millones en 2016. De la misma forma, las exportaciones de Venezuela hacia México alcanzaron su máximo de USD 1,008 millones en 2007 colapsando a USD 130 millones en 2016. Para el primer trimestre de 2017 el panorama es igualmente desalentador. Si a esto le sumamos la parálisis en el flujo de inversión extranjera, da como resultado la estocada de muerte para cualquier relación de negocios entre los dos países. Además de esto, en Venezuela no hay disponibilidad de divisas ni siquiera para la repatriación a México de las utilidades generadas por empresas como GRUMA y CEMEX. No hay entorno, no hay certeza, no hay dinero…no hay absolutamente nada. Muy pronto, Venezuela tendrá que pasar por un período de austeridad y de reconstrucción, tanto de la infraestructura productiva como de las instituciones públicas. Este período promete ser largo, cruel y solitario sobre todo si es bajo las condiciones impuestas por el FMI. Es aquí en donde se abre una oportunidad para que México posicione su liderazgo en América Latina como no se ha visto desde 1982, cuando se conformó el Grupo Contadora. México debe posicionarse como el primero en promover el Plan de Reconstrucción de Venezuela una vez que Maduro abandone el poder. Este Plan debe empezar con la reinserción de Venezuela en el G3. Acto seguido, México debe trabajar en la institucionalidad del Plan que debe ser cobijado por la OEA, sus países miembros y por las instituciones multilaterales de financiamiento. Como parte de este Plan, México podría contribuir de manera muy importante al fortalecimiento de las Instituciones reguladoras de mercado y en el diseño y ejecución de la política de desarrollo productivo, dormidas por casi 20 años. México podría empezar las actividades de cooperación como donante de su experiencia en el área de competencia económica con la COFECE como institución líder y en política de desarrollo de clusters apadrinada por los gobiernos estatales. La SRE estaría encargada de la agenda de trabajo y del empalme de los temas prioritarios para ambos países. El BID y el Banco Mundial seguramente participarían en este esfuerzo a través de un proyecto de cooperación técnica no reembolsable como lo hicieron con la reconstrucción de Haití después del terremoto de 2010, que representa una situación comparable a la hecatombe que enfrenta Venezuela actualmente. Veremos…   * Profesor / Investigador  de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México