Si el criterio para seleccionar al presidente de México fuera la evaluación del desempeño de la economía, no debe haber duda de que el Srío. de Hacienda José Antonio Meade es la persona más adecuada para el encargo. Todos los análisis objetivos le favorecen:
Primero.- El PIB está creciendo consistentemente más de lo previsto durante este año, a tal grado que podría llegar a un 2.1 o 2.2 por ciento, lo que rebasa toda la expectativa que se tenía hace apenas unos meses. La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos no solo no mermó el crecimiento de México, sino que, por lo menos en lo que va del año, parece haberlo vigorizado. Hacienda ha calibrado milimétricamente esta realidad.
Segundo.- El recorte al gasto público programable cayó 6.7 por ciento durante el primer semestre. Meade parece haber sido muy sensible a las críticas de 2016, cuando se dijo que el gobierno anunciaba recortes que en los hechos no ocurrían. Pero esta vez fue en serio, y la consolidación fiscal es real. Cientos de rubros que desde hace décadas debieron ser recortados finalmente fueron eliminados, y se evitó la reducción en la calificación de la deuda.
Tercero.- Los ingresos del gobierno han crecido, tanto los tributarios como los no tributarios. Meade ha exprimido a fondo tanto el marco fiscal como el remanente de Banxico para hacerse de recursos. La recaudación tributaria está en máximos históricos y es previsible que se superen metas de recaudación este año y el siguiente. Y sí, pagar impuestos es más fácil.
Cuarto.- Las variables de riesgo están controladas. Las tres principales son: (1) la inflación, que sigue en máximos desde 2008, pero con garantía de descenso a partir de septiembre; (2) el tipo de cambio, que fue dolor de cabeza el año pasado pero que éste ha vivido un festín —el peso se ha apreciado alrededor de 20 % desde enero—; y (3) la renegociación del TLCAN está en marcha y existe una mayor probabilidad de éxito que de fracaso, incluso en escenarios en los que hagamos ciertas concesiones.
Quinto.- La reforma energética reequilibrará la fuerte caída que hubo en el gasto gubernamental. Con las licitaciones adjudicadas, tanto en hidrocarburos como las eléctricas, se derramarán más de Dlls. $ 75 mil millones de dinero fresco proveniente de manos privadas en los siguientes años. Esa inversión impulsará aún más el empleo formal y generará externalidades positivas en varias industrias.
Una avasalladora mayoría de mexicanos vive en condiciones de mejora económica constante. O si se quiere, se puede ver desde otra óptica: ¿quién en su sano juicio puede jurar hoy que está peor que hace cinco años?
EMBAJADORES GRITARÁN
El recorte casi canceló el Grito en las Embajadas. Pero el ingenio floreció: los embajadores acudieron a empresas patrocinadoras, todas interesadas en mariachi, tequila y en corear “¡Viva México!”.
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