Son como el “regreso de vacaciones”, una monserga que no se puede expresar porque es políticamente incorrecto. Así, los Centros Vacacionales del Instituto Mexicano del Seguro Social se manejan con números rojos, pero evitan transformaciones en la operación ya que “fueron concebidos como una conquista de los trabajadores”.
El primero de ellos, Oaxtepec en Yautepec Morelos –los otros tres son La Trinidad y Malintzi en Tlaxcala, mientras que en Puebla se localiza Atlixco-Metepec- surgió en 1964, tuvo que cerrar una vez que se inauguró por errores de construcción. Ocho meses después se reabre y a los 33 años ya eran más los gastos que las ganancias, eso obliga en 1998 a concesionar durante casi 16 años, una parte de la propiedad -27 de 134 hectáreas- a Promotora de Centros de Esparcimiento de José Miguel Náder y Javier Miguel Afif, que por malos manejos también renuncian al trato casi cuatro años antes. Se cierra durante un lustro y entra al relevo Six Flags, gana un contrato de arrendamiento por 20 años. Planean que deje a la institución 500 millones de pesos en las próximas dos décadas.
La enfermedad que sufre el IMSS en sus centros de servicio turístico se detecta principalmente en el área de operación y administración. Los gastos en mantenimiento y servicios personales son más que los ingresos que obtienen. En el Informe que se hace sobre la situación Financiera y Riesgos del IMSS al Ejecutivo Federal y Congreso de la Unión, aparece que sus complejos turísticos para el año 2021 alcanzarán pérdidas de 252.5 millones de pesos.
Mikel Arriola Peñalosa, director del IMSS ya leyó el mapa de los centros vacacionales, es un estratega que sabe actuar muy rápido, actualmente se mantiene revolucionando el servicio médico en transparencia y efectividad, entiende que cada uno de los destinos turísticos de la dependencia que representa, tienen potencial e intenta recuperarlos. Están invirtiendo 550 millones de pesos en la mejora y ampliación de las instalaciones deportivas. Pero falta el mágico enceste –como en el jai alai- que ponga a Oaxtepec y a los otros tres puntos de descanso en la cima del éxito.
¿Hacia dónde tienen que evolucionar? Hacia los complejos VTF en Francia. Basados en convivencia familiar y experiencias vacacionales. No es turismo de dádiva, es un gran negocio, siempre mantienen temporada alta. El IMSS desde el origen puede sentarse a la mesa con patrones y trabajadores, los tres hallarán en la nueva forma de hacer turismo mejores beneficios. Solo requieren integrar a expertos en turismo y universidades de la especialidad. Se abaratarán costos y lograrán un crecimiento que puede replicarse en cada uno de los estados. Lo más caro ya lo tienen, que son las instalaciones, con voluntad política harán historia. Ojalá Mikel Arriola lo intente y le alcance el tiempo.